Opinión

Y… domingo 7

La columna sabatina de Federico López Ramírez

La vacuna que viene

El 19 de abril de este 2020, Juan Ramón de la Fuente, en representación de México ante la ONU, promovió la resolución 74/247, misma que fue adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, con el objetivo de garantizar el acceso global a medicamentos, vacunas y equipos médicos que traten el COVID-19.

El pasado 11 de agosto, Vladimir Putin, anunció que Rusia ya cuenta con una vacuna registrada, misma que, fue desarrollada por el Instituto Gamleya y la Russian Direct Investment Fund (RDIF). La vacuna se encuentra en su fase 3 (donde se realizan pruebas clínicas masivas –del orden de 50 mil voluntarios- en combinación con un placebo). De acuerdo con el presidente ruso la vacuna estaría produciéndose masivamente en septiembre y, en octubre, en posibilidades de vacunar a su población nacional.

En el mundo están desarrollándose, simultáneamente, aproximadamente 165 vacunas y, de ellas, 30 en estado muy avanzado de desarrollo.

El presidente López Obrador anunció, el 13 de agosto, un convenio con la Universidad de Oxford (Reino Unido) y la empresa farmacéutica AstraZeneca para que, conjuntamente con Argentina, la producción, el embalado y distribución de la vacuna contra el COVID-19, para América Latina, se realice a partir de la culminación de la fase 3 clínica, es decir, que aproximadamente a partir de febrero de 2021 se podrán estar produciendo 150 millones de dosis, para los latinoamericanos, con el objetivo de alcanzar las 400 millones de dosis necesarias para cubrir a toda la población. La producción de la vacuna no tendrá fines de lucro y su distribución será al costo de manufactura.

En este proceso resultan dos cosas interesantes: la primera, es que la resolución 74/247 que pretende que todos los países, sean ricos o pobres, tengan acceso a la vacuna en iguales condiciones, ya está en marcha, esto quiere decir que los 179 votos, consensuados por México, están produciendo frutos. Los grupos farmacéuticos que quieran especular tendrán el rechazo de la comunidad mundial por sus actitudes mezquinas y especulativas con la salud de la humanidad, cabe agregar, que esta propuesta tuvo su origen en la gestión del presidente López Obrador ante el grupo de los 20, que por cierto, muchos comentócratas y políticos reaccionarios dijeron que de ella no saldría nada práctico; la segunda, es la postura de Vladimir Putin de adelantarse a los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud que, mediante retardos burocráticos, pretenden beneficiar a los monopolios internacionales que especulan con los precios de las medicinas. En síntesis, ambas posturas han ayudado a romper con la inercia de la dinámica de las farmacéuticas que pretenden retardar la cura y, con ello, mantener sometida a la gente con base en el temor y la zozobra. El miedo como instrumento de control político y la especulación económica como medio de concentración de mayor riqueza.

Acelerar los procesos burocráticos de la OMS y organizarse para que, todos los habitantes del mundo accedan a la salud, está teniendo sus primeros frutos. Ese es el camino para acabar con lo deshumanizado de los gobiernos neoliberales que ponen la ganancia económica antes que la vida humana.

México en este caso se está asociando con la Universidad de Oxford y con AstraZeneca y en medio a puesto a una organismo, sin fines de lucro, la Fundación Carlos Slim, que dicho sea de paso, esto significa que cada vez que usted habla por celular le paga a Telcel, es decir, a Carlos Slim,  lo que significa que la mayoría de mexicanos –y también de toda América Latina- estamos contribuyendo con nuestro dinero a pagar la vacuna. Que por cierto, costará aproximadamente 90 pesos mexicanos (cada una) su producción; sin embargo, como consumimos con Slim, a través de Telcel, y pagamos nuestros impuestos, la vacuna será gratuita y se aplicará en forma universal en México.

Un dato interesante

México tenía un guardadito de 175 mil millones de pesos para comprar la vacuna, pero con este acuerdo entre AstraZeneca, la Fundación Carlos Slim, Universidad de Oxford y el Gobierno de México, este último pagará aproximadamente entre 20 y 25 mil millones de pesos, pues sólo desembolsará su costo de producción. Este acuerdo no clausura un posible convenio, a futuro, con Rusia para, también, adquirir la vacuna rusa, Sputnik V, en caso de ser necesario, según lo expresó, Marcelo Ebrad.

El gobierno de Peña Nieto a través de la Secretaría de Gobernación pagaba hasta 20 mil millones de pesos, por la realización de misiones secretas, que no le rendían cuentas a nadie. Miguel Ángel Osorio Chong en una sola misión llegó a gastar esta cantidad de dinero. Con semejantes robadera no hay dinero que alcance. Y a los senadores panistas tanto a Francisco Domínguez y a Carlos Mendoza Davis les pagaba para que le sirvieran de tapadera y, ellos financiaran sus campañas, hasta 6 millones de pesos mensuales por cinco meses. Hasta baratos salían los panistas. Hoy, con lo que se gastaban los priistas y los panistas en un solo acto de corrupción, el Gobierno de México va a comprar la primera remesa de vacunas para todos los mexicanos. Entre corrupción y no corrupción hay mucha diferencia.

El gobernador y su domingo 7

Mientras el Gobierno de México está viendo por la solución de la pandemia del COVID-19, en Colima, el gobernador y sus cómplices en el Congreso pretenden cobrar 43 mil pesos de multa a quienes no usen cubrebocas.

Enrique Alfaro, ya lo intentó, y el resultado fue el asesinato de Giovanni López, un obrero de la construcción, como consecuencia de la aplicación de una medida coercitiva. Y en Colima todavía hay algunos estúpidos que apoyan estas medidas coercitivas que, en sí mismas son abominables, además de ser inconvenientes por los efectos que provocan.

Enrique Alfaro, Diego Sinhue Rodríguez, Francisco Domínguez, Carlos Mendoza Davis, Cabeza de Vaca, entre otros gobernadores, junto con el de Colima sólo han demostrado que están en la búsqueda del valor metálico. Y Peralta Sánchez sólo levanta la mano para proponer una multa de 43 mil pesos por no usar cubrebocas, propuestas producto de su histeria, miedos y errática forma de gobernar y tan sólo atina a para salir… con su domingo 7.

Mientras el Gobierno de México sigue adelante resolviendo la pandemia del COVID-19 al negociar una vacuna para los mexicanos y la pandemia de los gobernadores “federalizados” aguantando sus sistemáticas estupideces. Tenemos que agregarle el domingo 7 con el que sale, el intelectualmente precario, gobernador de Colima y sus cómplices en el Congreso.

Por cierto, no olviden usar su cubrebocas en espacios de concurrencia popular, una de las tantas medidas a aplicar. A cuidarnos todos por convicción y responsabilidad. La consistencia, en la aplicación de todas las medidas sistémicas, hará la diferencia. No vayan a salir con su domingo 7 como el gobernador.

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