Opinión

Opinión – ¿Hacia dónde va la economía colimense?

Por: Carlos Ramiro Vargas

A casi un año de gobierno de la morenista Indira Vizcaíno, quien asumió la gubernatura de nuestro estado en noviembre del 2021, se esperarían ciertas mejoras en la estructura económica de los colimenses, máxime que en la retórica de la llamada cuarta transformación con el presidente AMLO a la cabeza del país, México avanzaría supuestamente en línea recta y en directo hacia la superación de los principales problemas socio económicos nacionales, como el de la crónica falta de empleos para nuestra juventud, o en el agudo asunto de la desigualdad económica e inter/regional, o en el de los muy bajos salarios que caracterizan la situación de la clase trabajadora mexicana, entre otros, pero nada de ello se ha vuelto una realidad y bajo el impacto de la pandemia del Covid 19, del 2020 al 21, la economía azteca retrocedió significativamente en casi un quince por ciento, en términos de producto interno anual;  mientras que en lo que se refiere a la economía colimota, ésta se encuentra estancada aportando a toda la nación ¡menos del uno por ciento!, -con todo y el puerto de Manzanillo-, a la formación del producto interno bruto, total. 

Y mientras para el 2022, año en que la economía mexicana en su conjunto se encuentra recuperando apenas los niveles de producción del periodo pre/pandemia, tenemos que en estados vecinos como Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Nayarit o Sinaloa, no cesan de arribar inversiones para los tres sectores fundamentales de toda dinámica económica, o en renglones de vanguardia, como la industria de autopartes, la electrónica, la fabricación incluso de chips, la electrónica o la computación, etcétera, en el estado de Colima lo único que crece es la deuda pública ya superando a los 15 mil millones de pesos, así como los gastos suntuarios de la gobernadora Indira Vizcaíno, y de todo su primer círculo.

Algo tiene que ver al respecto que en la secretaría de economía indirista/morenista, Indira gobernadora haya impuesto a una de sus “mejores” amigas, de nombre Rosy Gallardo, eminente miembro de la oligarquía porteña de Manzanillo pero psicóloga de profesión, e inepta total para gestionar a la economía estatal y atraer las inversiones que Colima requiere con urgencia, para generar los 35 mil empleos que los jóvenes del estado urgentemente, necesitan año con año. 

Y una manera de ubicar en su muy mediocre realidad a la economía estatal, reflejo de la mediocridad de sus sucesivos gobernantes-, donde Indira gobernadora se ha mostrado totalmente incapaz, como en todo, es compararnos con los demás estados y regiones del país, teniendo en cuenta que la economía colimota hoy es equivalente a la de Somalia, en su conjunto, -uno de los países más pobres del mundo-.

Es así que del total de los 32 estados que conforman a la República mexicana, sólo 14 generan el 70 por ciento de toda la economía nacional, donde Colima no aparece ni en pintura. 

Estas entidades son  entre otras, CDMX, con el 16 por ciento de aporte a la economía total, anual, seguida por el estado de México con el 9 por ciento, Nuevo León con el 8 por ciento, Jalisco con el 7, Veracruz con el 4.5, Guanajuato con el 4.3, Baja California equivalente al 3.7 por ciento, Coahuila, Chihuahua y Sonora el tres y Puebla, que aporta el 3.2 por ciento.

Colima como en casi todo, se ubica en el sótano de la lista en el penúltimo lugar, sólo por encima de Tlaxcala, con el O.62 de aporte al producto interno bruto nacional, mientras Tlaxcala lo hace con el 0.57 por ciento.

En este aspecto, como al igual que en  los rubros de educación, salud, o seguridad, tenemos que la gobernadora Vizcaíno está totalmente atenida a lo que le ofrezca la federación sin aportar absolutamente nada a tales problemáticas. 

Al igual que todo su gabinete de improvisados y carentes del perfil profesional que requieren en sus importantes cargos.

Lo curioso es que la economía no sea tema central en las intervenciones públicas de la gobernadora, sino actos o eventos secundarios e intrascendentes que se vuelven pura propaganda morenista.

Por ende, el estado de Colima genera 17 mil millones de dólares al año en total, cuando la mayor parte de esa cantidad es apropiada por las grandes empresas, nacionales privadas o públicas o extranjeras, en la minería, el turismo, en el comercio, las cementeras, o la agricultura, con una participación marginal de la burguesía local y en base a un nivel salarial de los más castigados de México y América Latina, para la clase trabajadora estatal.

Mientras por su lado, la economía de la ciudad de México alcanza los 430 mil, 230 millones de dólares al año, por 244 mil mdd, del estado de México, 220, 500 mdd de Nuevo León, o los 189, 700 mdd anuales, de Jalisco.

Estado, este último, con una estructura socio/económica, industrial, comercial y agrícola, muy diversificada, teniendo en la Universidad de Guadalajara, pública, a la séptima mejor universidad del país; todo lo contrario a lo que sucede en el estado de Colima, donde el amasiato de una minoritaria oligarquía centrada en los servicios y agricultura de exportación, con los políticos más corruptos del estado, centrados en los bienes raíces, sean del pri, pan o mc, y ahora varios de morena, no dan lugar a una economía visionaria para el futuro de los colimenses.

Todo ello sin contar con el enorme aporte de los migrantes colimotes, que en los últimos años no cesan de enviar a la economía popular del estado, cerca de 500 millones de dólares anuales, o la mitad del presupuesto gubernamental de Indira Vizcaíno, gobernadora, sin los cuales, nuestro estado estaría involucrado en una auténtica guerra civil.

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