Opinión

La narrativa política del PRIAN

Por Abel Palomera Meza

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Colima ha reflejado tener claro qué decir a los colimenses durante la campaña electoral que se avecina. Desde aterrizar la 4T en Colima, acabar con la mafiecilla del poder, ser un partido del pueblo y para el pueblo, lograr el cambio verdadero; hasta no mentir, no robar y no traicionar. Todo ello es repetido casi al pie de la letra por cada uno de los hoy representantes públicos emanados de Morena y ya también por los aspirantes a candidatos.

Se trata de un mensaje réplica del dictado durante la campaña de 2018 por el actual presidente de México y también desde el 1 de diciembre de ese año por quienes forman parte de su gobierno. Ese mensaje no se ha modificado prácticamente en nada durante poco más de dos años, porque ha demostrado que funciona. La popularidad del presidente y la intención de voto hacia Morena, se han visto casi intocables, con un rating holgado frente a sus principales competidores. La gente lo compra e interioriza.

En contraste con eso, el PRI y el PAN, como principales partidos opositores a Morena y al gobierno en turno, no han encontrado las palabras para recuperar su capacidad de competición. Esto no significa que no tengan qué decir. Sí han dicho mucho, desde argumentos, ideas, datos, frases y hasta memes, es sólo que no conectan con la mayoría de la población, como lo hacían en otros tiempos. Es obvio que no han encontrado cómo salir del hondo hoyo electoral en que se encuentran desde su debacle en 2018.

No lo han hecho porque están demasiado ocupados y enfocados en Morena. Tal como si fueran boxeadores, al no superarlo, el PRI y el PAN proyectan seguir enganchados con la última golpiza que les propinaron, en lugar de enfocarse en sí mismos y pasar por un proceso de preparación aun más riguroso que todos los anteriores, en miras de llegar más fuertes que su rival, al siguiente enfrentamiento. Erróneamente han buscado reconstruirse, renovarse, presentarse como un nuevo yo. Pero eso no es lo que hace un boxeador otrora exitoso que después de perder una batalla quiere volver a la senda correcta.
Un boxeador que desea regresar a su gloria, se enfoca en aprender por qué los jueces (el pueblo) decidieron que no le favoreciera el resultado la última vez y por qué a su adversario sí. Se propone analizar la batalla, su desempeño en ella y, sobre todo, la decisión de los jueces, no al adversario. Se ocupa de ponerse en los zapatos de los jueces, de entender cómo piensan, cómo sienten, cómo deciden. El buen boxeador quita al adversario de su mente y busca establecer una mejor conexión entre sí mismo y esos jueces que son quienes deciden el resultado.
¿Qué deben decir y cómo deben hablar el PRI y el PAN para volver a ser competitivos electoralmente y estar a la altura de un buen resultado en este 2021? Enfrentarse a sus mayores miedos y también a sus más visibles debilidades. Se les ha llamado, hasta el cansancio, conservadores, lo mismo de siempre, rateros, régimen de corrupción, que están en contra del pueblo, simuladores, la mafia del poder, régimen de privilegios, una minoría que se siente dueña del país, moralmente derrotados, compradores de conciencias, un tumor que debe ser extirpado y a ello se suma una larga lista.
Los tienen que enfrentar en lo que dicen y en lo que hacen, negándolo y con cursos de acción que demuestren lo contrario. Quedarse pasmados ha sido uno de sus mayores errores electorales, a nivel estratégico y táctico. Sus ideólogos, sus estrategas y sus comunicadores aun no ha entendido lo que sucede. Recuerden que el que calla otorga. El PRI y el PAN han asumido ante el pueblo, la narrativa que su principal adversario les ha asignado, y ellos mismos la han dado por cierta. Morena los ha unido en una sola fuerza, electoralmente disminuida e ideológicamente perdida, el PRIAN. Y no lo han desmentido en ninguna ocasión.
También, deben dejar de oponerse a Morena. Eso sólo alimenta el mensaje y narrativa de ese, su poderoso adversario. En lugar de ello, necesitan optar por crear una idea y discurso que les proponga como opción necesaria y útil para gobernar, no por el hecho de ser oposición, sino por lo que pueden ofrecer, distinto y mejor. Deben ir más allá de su entendimiento de sí mismos y de su propia historia y escribir una narrativa desde el punto de vista del pueblo, en las mismas palabras de éste, en su misma forma de decirlo, en una igual forma de hacer política. Para decirlo claro y directo: deben convertirse en partidos del pueblo.

Si eso implica desprenderse de miembros que no comulgan con ello, deberán hacerlo sin dudarlo. La narrativa política que construyan requerirá estar acorde a las circunstancias contextuales y simbólicas, así como a la realidad política y social, prevalecientes. De hacerlo correctamente, esa narrativa contribuirá de manera determinante y positiva al resultado que se obtenga el 6 de junio de 2021. Con lo aquí expresado se busca dar luz a nivel estratégico y táctico a dos instituciones partidistas que no han encontrado qué ni cómo decirlo. Interpretando a Frank Luntz: No es lo que dices como partido, es lo que la gente escucha de ti.

 

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