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Estación Esperanza: Juicio a expresidentes, juicio del pueblo. A firmar todas y todos

La columna de Vladimir Parra

El futuro pertenece al pueblo y poco a poco o de un solo golpe tomará el poder, aquí y en todo el mundo”

Ernesto Che Guevara

 

Nuestro movimiento, con su despliegue ideológico y político ha girado en torno al eje de la importancia del ser humano y su inherente relación con la dignidad. No mentir, no robar y no traicionar son princios de nuestro Movimiento y de la Cuarta Transformación. Nuestro horizonte es vivir en una sociedad donde la justicia y los bienes necesarios para la vida sean universales, donde antes la impunidad y la corrupción estaba institucionalizada.

Una dignidad que no sólo se trata del reconocimiento de los derechos humanos, sino también de la fortaleza, el sacrificio y la firmeza ante la persecución política en aras de la defensa de esa dignidad para nosotros y para los demás, que tuvieron muchos de nuestros compañeros que lucharon por los cambios, y que ya no están con nosotros, pues fueron víctimas de un estado autoritario y represor que los persiguió, los desapareció o los mató.

Una justicia en donde el soberano sea el pueblo y el marco legal que nos rige, en un país donde nos decían estabamos condenados a sufrir gobiernos de criminales, corruptos e ineptos vendepatria, y que había que resignarnos a vivir en el país de la impunidad.

Como muchos otros mexicanos, nos negamos a la resignación, esa droga adormecedora del siglo XXI, y dijimos: ¡Basta a esta situación de degradación!.

Luchamos y ganamos el derecho a construir un país de verdad por medio de la vía pacífica, y en eso estamos a pesar de la calumnia y el rasgado de vestiduras del caciquismo político enquistado en nuestro estado, que no acaba de morir pero que afortunamdamente ya se va. Luchar por la vida y por la dignidad significa asumir eso.

Hace ya mucho tiempo, el jurista Ulpiano en los tiempos del Imperio Romano, definió a la justicia como “la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde”, y también, escribió los tres preceptos del derecho: vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo que es suyo. En otras palabras: No mentir, no robar y no traicionar.

En esa lógica, el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que no descartaba presentar una solicitud de consulta ciudadana para preguntarle a la población sí se debe llevar a juicio a los expresidentes de México.

Además de esto, ciudadanos han solicitado ya al Senado realizar una consulta para enjuicar a los expresidentes. La importancia de que sea la ciudadanía quien active los mecanismos democráticos de participación deriva de la máxima “con el pueblo todo, sin el pueblo nada” y del “mandar obedeciendo”. Dicha iniciativa es respaldada por diversas personalidades como Omar García, sobreviviente de los estudiantes de Ayotzinapa, la guerrerense y activista Norma Ariadna Bahena, Epigmenio Ibarra, además de la senadora Citlalli Hernández y el diputado federal Gerardo Fernández Noroña del PT.

Por eso nos sumamos a la campaña ciudadana que se está organizando para recolectar firmas y que la ciudadanía decida si se enjuicia o no a expresidentes.

Para ello se instalarán módulos en los 10 municipios del estado desde este domingo 30 de agosto, de las 10:00 am hasta las 5:00 pm. Esos módulos mantendrán todas las medidas necesarias de salud para evitarla propagación del Covid-19, como la sana distancia, el uso de cubre bocas y de gel antibacterial.

Llamamos a toda la ciudadanía, organizaciones y colectivos a sumarse a esta iniciativa ciudadana que pretende hacer justicia ante tanta impunidad que se cometió en los sexenios anteriores. Tenemos hasta el día 15 de septiembre para lograr reunir más de 1 millón, 800 mil firmas, pero sé que el sentimiento y anhelo de la gente para que se haga justicia es más grande.

No es venganza, pero no olvidamos: pedimos justicia.

No olvidamos la participación de Echeverría en la masacre del 68 y en la matanza de jueves de corpus de 1971.

No olvidamos la corrupción del Salinato y su paramilitarismo en Chiapas.

No olvidamos a Zedillo con el crimen de Aguas Blancas.

No olvidamos los crimenes de lesa humanidad en Oaxaca por parte de Vicente Fox.

No olvidamos genocidio, el miedo y el narco-estado en el que vivimos durante el calderonato.

No olvidamos Ayotzinapa, Ostula, Tlatlaya, ni la corrupción del gobierno de Peña Nieto.

¿Cuando el pueblo pensó en poder juzgar los crímenes a que fue sujeto?

¿Cuando creímos estar en esta circunstancia histórica?

Fue nuestra voluntad y la capacidad de transformación que tenemos como pueblo, la que nos puso en esta situación, muestra del avance democrático que estamos logrando en esta Cuarta Transformación, en donde el poder de decisión se está fortaleciendo en la gente, al impulsarse la democracia participativa en asuntos primordiales de la vida pública del país.

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