Opinión

Estación Esperanza: Gobernadores que Enferman

La columna de Vladimir Parra

“No se puede gobernar a base de impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes. No se pueden improvisar fortunas, ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, disponiéndose a vivir, en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley les señala.”

“Mi deber es no atender a los que sólo representan el deseo de un corto número de personas, sino a la voluntad nacional.”

“Es imposible, moralmente hablando, que la reacción triunfe.”

Presidente Benito Juárez García

 

Panoramas de gobierno muy diferentes son los que ahora se presentan para nosotros los mexicanos, por un lado, el día de ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador mostró un extracto de documental donde se observan algunos de los cambios tan marcados que se han dado en el corto inicio de nuestro nuevo orden de gobierno, pasillos sin servidumbre, nada de guardia presidencial, humildad y austeridad republicana en la vida cotidiana son solo algunos ejemplos de algo muy diferente a lo que acostumbrábamos a ver en nuestros gobernantes.

Aquella promesa de desechar el modelo neoliberal va tomando cuerpo acelerada y profundamente, ya no se toma en cuenta en el Plan de Desarrollo emanado del conservadurismo, ya no está el modelo neoliberal, se definió una política distinta para atender a la gente, la economía no tiene por qué estar al servicio de una minoría, se tienen que representar los anhelos de todo un pueblo, garantizando todas las libertades, es ahí donde el presiente comienza una verdadera transformación al separar el poder económico del poder político.

Algunas de las adecuaciones más marcadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido darle preferencia a los pobres, fulminar el Estatus Quo al no permitir la corrupción, terminar con los privilegios fiscales, la mala costumbre de condonar los impuestos a las grandes corporaciones, estos temas han sido precisamente el móvil por el cual algunos gobernadores que no coinciden con esta ideología han decidido formar un grupo de alianza.

Por el otro lado está esa alianza, una alianza que, al quedarse sin estrategias para negociar con la alabanza, han decidido la confrontación. Estaban acostumbrados a que en cada desgracia ocurrida en los pueblos que gobiernan, siempre había una tajada jugosa para ellos y sus allegados. Ahora que eso se acabó no saben cómo actuar y deciden, por encima de las necesidades del pueblo, intentar torcerle la mano al presidente para someterlo a sus exigencias.

Estos gobernadores se quejan de que no tienen dinero, quieren endeudarse, como algunos ya lo hicieron. Es el caso del gobernador Alfaro, que en lo que va de la pandemia, ya ha solicitado deuda dos veces, el último préstamo autorizado fue por más de 6 mil 200 millones de pesos. Otros que ya se van, quieren dejar la deuda para el que sigue, como es el caso de Colima. Sabedores de que sus siglas no permanecerán en la Casa de Gobierno, quieren dejarle al que sigue la deuda para que vea como la resuelve. Se quejan de las políticas de austeridad. Quieren seguir viajando, tener lujos y privilegios, y hacer reuniones en haciendas a costillas del erario público. Se quejan de que no tienen dinero y siguen despilfarrando recursos y haciendo negocios al amparo del poder público.

Sus actitudes y acciones son lo opuesto de las políticas de austeridad demandadas por el pueblo y que distinguen el gobierno del cambio de AMLO. Más de 300 personas, empleados de gobierno y del área de seguridad, han tenido que dejar de hacer lo que estaban haciendo para cuidar el paso de estos gobernantes sin control. En este caso, los gobernadores llegaron a Buenavista en aviones privados, cada uno por su lado, y fueron transportados en vehículos especiales hasta la Ex Hacienda de Nogueras, sede del Centro Universitario de Gestión Ambiental.

Aunado a esto, han solicitado alimentos para más de 200 personas, contraviniendo las órdenes del programa Sana Distancia, que en fase tres, solo permite reuniones de 20 personas. Seguramente ellos son inmunes y todos los que vienen en la comitiva también. O ya están contagiados y no les importa. Dejarán con su visita el virus en todos aquellos que estuvieron en la reunión, ya sea sirviéndoles o fotografiándolos.

Sin ética y sin moral, así son estos gobernadores. Querían el poder que confiere ser gobernadores y ahora no saben qué hacer para resolver los problemas del pueblo. Se les olvida que el poder trae consigo una responsabilidad y eso implica no dejar más pobre al estado que confío con su voto en ellos. Peralta está presionando para que el Congreso local le autoricemos una deuda de más de 700 millones de pesos. Sumados a los más de 2 mil 600 millones de pesos de deuda que ya tiene el estado, estaríamos hablando de más de 3 mil 300 millones de pesos de deuda pública, la más alta en toda la historia de Colima. No es posible que se siga endeudando al estado de esta manera. Se equivoca Nacho.

La congruencia en la toma de decisiones es y será siempre la bandera que llevaremos a la gente, no pondremos en riesgo al Estado autorizando deudas irresponsables e inmorales, no empeñaremos el futuro de las y los colimenses. Es mejor que preste atención a la inseguridad que vivimos en el estado. Colima es donde cada día mueren de manera violenta 7 personas, donde se dan 5 ataques sexuales, donde hay casi 100 delitos contra el patrimonio. Y es que Nacho quiere entrar a las ligas mayores, para que Colima esté a la altura de las deudas de los estados invitados.

Existen ejemplos que nos permiten ver claramente lo que se necesita hacer en este periodo de la Cuarta transformación ante situaciones como la que vivimos. Ese ejemplo claro lo vemos en el Congreso local de Tlaxcala, en donde se aprobó una iniciativa para prohibir que su gobernador adquiera deudas públicas irresponsables, (como se pretende hacer en Colima por parte del Ejecutivo estatal). En esa entidad pretenden estar en sintonía con este proceso de transformación iniciado por el presidente AMLO, donde las medidas de austeridad gubernamental se implementen antes que recurrir a deudas irresponsables. Primero ajustarse el cinturón y renunciar a privilegios y gastos onerosos innecesarios para generar recursos en beneficio del pueblo, antes de pedir préstamos que al final termina pagando la gente, lo que se ve reflejado en reducciones al presupuesto destinado para inversión social.

En ese sentido, las y los diputados y senadores de la cuarta transformación han fijado su postura. El apoyo a las políticas de austeridad son prioridad. el endeudamiento público irresponsable NO PASARÁ.

Los recursos del gobierno federal dirigidos a los estados para atender la contingencia de salud están fluyendo. Ahora, es tarea de los gobernantes responder con transparencia y exactitud para que se informe en donde se han utilizado esos recursos, deben informar con cuanto personal cuentan y cuanto personal han despedido con el pretexto de la pandemia, para que se deje de culpar al gobierno federal de esos hechos.

Las opciones para salir de la crisis están muy alejadas del endeudamiento irresponsable. Lo que sí es opción, son las políticas de austeridad, la reducción del gasto innecesario y la reducción de los salarios de los altos funcionarios. La respuesta está en velar por la seguridad y salud de la gente, todo lo contrario, a realizar reuniones fastuosas en las que solamente se planea cómo obstaculizar el cambio que la gente eligió desde el 2 de julio de 2018. Es momento del cambio verdadero y no de las élites, es momento del pueblo, porque con el pueblo todo, sin el pueblo nada.

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