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Sin custodia, predio donde feminicidas arrojaron restos de víctimas en Ecatepec

Las flores y cartulinas con las demandas de justicia para las víctimas yacen sobre el terreno baldío de Playa Pie de la Cuesta en la colonia Jardines de Morelos, en Ecatepec, hasta donde Juan Carlos y Patricia arrojaban los restos de sus víctimas.

Los vecinos voltean curiosos al predio resguardado sólo con una cinta amarilla, los detienen las flores y los carteles; se persignan y siguen su camino. En el lugar todavía hay ropa y zapatos de mujeres, que por lo visto no forman parte del expediente judicial de los 20 asesinatos confesos.

Peritos de la Fiscalía mexiquense no se han ocupado de preservar el lugar y mantener la cadena de custodia fundamental para esclarecer uno de miles de casos que engrosan los expedientes de la impunidad. Tampoco la casa donde habitó la pareja. Xóchitl Arzola, presidenta de la Organización Mujeres en Cadena, advierte del riesgo de que los crímenes de Jardines de Morelos no sean tipificados como feminicidios.

«La falta de atención de las autoridades a seguir a esta cadena de custodia nos ha traído en muchos casos la deficiencia en los casos. Casi puedo asegurar que no serán atendidos como feminicidios, sino como homicidios dolosos», dice. ​

Pero lo ocurrido en Jardines de Morelos es un ejemplo de la situación que priva en Ecatepec y que se extiende a todo el estado. Con una alerta de género decretada en 2015, las autoridades aun no saben cómo procesar este tipo de delitos. Aunque las autoridades vincularon a proceso a la pareja por solo 10 homicidios y Juan Carlos N confesó haber cometido 20, los vecinos de la colonia, donde viven más de 25 mil personas, aseguran que los asesinatos y desapariciones son cosa de todos los días. Tomás Ortiz, vecino de Jardines de Morelos, asegura que hace más de seis meses denunciaron a la pareja, porque la azotea donde habitaban, en la calle de Playa Tijuana, era constante una fuga de agua con olor fétido.

Además, los vecinos los conocían bien y notaron movimientos inusuales. Salían con una carriola que en ocasiones no traía bebé, sino un bulto. «Ellos siempre andaban juntos, siempre traían la carriola. Traían un bebé, entramos en duda si los niños que encontraron eran de ellos, creemos que no, nos consta de uno, porque vimos a la señora que lo estaba esperando», recuerda. También cree que forman parte de una banda criminal, porque hechos como el de Jardines de Morelos han ocurrido con anterioridad en varias zonas de Ecatepec.

Fuente: Milenio

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