Acabamos de salir a las urnas a votar por renovar el Poder Judicial, la primera elección de este tipo en la historia de México. Alrededor de 13 millones de mexicanos acudieron a la convocatoria, sin embargo, la cantidad de candidatos entre los cuales elegir, los candados que tuvieron para darse a conocer y el interés que no logró despertar el proceso, dan pie a poner sobre la mesa la necesidad de reformar la reforma al Poder Judicial.
Pues votar de manera informada en boletas como la de los aspirantes a ministros y ministras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la que había 64 candidatos y candidatas entre los cuales elegir, parece una tarea titánica para el ciudadano promedio, que solo tiene 60 días para conocer a estos y al resto de perfiles de las boletas en otros colores.
Pues no es posible dedicarle un día entero a cada boleta o cada perfil, los ciudadanos tenemos múltiples cosas que hacer en el día a día y en territorios grandes como Ciudad de México la gente puede pasar hasta 4 o 5 horas en el transporte público rumbo a su trabajo, ¿entonces? ¿a qué hora sentarse a evaluar a los candidatos de las, al menos, seis boletas?
La expectativa no es realista.
Las encuestas previas a la elección mostraban que las personas no sabían la fecha de la votación, ni tenían interés en el proceso, por lo que también es necesario reconsiderar la difusión el mismo.
Si bien soy partidaria de que las campañas electorales no sean pagadas por el dinero público, tal vez, habría que reconsiderar el que estos puedan contratar publicidad, pautar y usar las otras herramientas que sí tienen el resto de campañas.
Pues a pesar de ser promoción personal, es promoción también al proceso mismo, pero que lo sigan haciendo con su propio dinero.
Si bien periodistas como Viri Ríos se dieron a la tarea de hacer su propio análisis y hasta una herramienta para calificar a los distintos candidatos, el que todo siga igual supone atenerse al trabajo y buena voluntad de estos académicos y profesionales.
Tenemos menos de dos años para que comience un siguiente proceso electoral y afinar con lo que aprendimos de este, es una tarea que recae en los legisladores federales, la presidenta Claudia Sheinbaum, la comunidad jurista, pero también nos concierne a todos los mexicanos, que al final de la elección quedamos a merced de este Sistema de Justicia y de quienes elegimos a través del voto.
