21 dìas han pasado desde la aprobación del juicio de procedencia, por la Càmara de Diputados, contra Garcìa Cabeza de Vaca –desde entonces ex gobernador de Tamaulipas- y la historia continùa su curso. Los políticos de los partidos de oposición siguen, en conjunto con sus aliados del Congreso local, el poder judicial y los partidos políticos, montando un espectàculo dramático que los conduzca a negociar políticamente, la inminente caída de Garcìa Cabeza de Vaca que, se convirtió ya, en el paradigma de un juicio de procedencia plenamente apegado a las reglas que marcan los códigos legales.
Los costos políticos que tendrá este suceso serán tan grande como la oposición quiera pagar. Lo cierto es que la mayoría de la sociedad política tamaulipeca està coludida con el narcogobernador y las consecuencias para ellos dependerá de la racionalidad con la que decidan negociar políticamente con el centro político, es decir, con el Gobierno de Mèxico.
El entramado del narcogobernador involucra en la primera línea a sus hermanos y amantes Josè Manuel Garcìa Cabeza de Vaca y su amante Cecilia de Alto Lòpez, secretaria de Obras Pùblicas; Ismael Cabeza de Vaca, senador, y su amante Fernanda Moreno, prestadora de servicios de compañía. En la segunda línea están su madre, su suegro y su secretario de Administraciòn de la Universidad Autònoma de Tamaulipas (UAT) -rector de facto, segùn la sociedad tamaulipeca- y el director de la COEPRIS. En la tercera línea estàn el superdelegado federal en Tamaulipas, la alcaldesa de la capital; el contralor, secretario de finanzas y el director de adquisiciones de la UAT. En la cuarta línea están Nancy Treviño, empresaria del ramo inmobiliario; Baltazar Resèndez, productor rural agropecuario; Arturo Soto, diputado y dueño de agencias aduanales; Juan Francisco Tamez, propietario de “T” Seis Doce, S.A. de C.V. En la quinta línea se encuentran Rafael Martìnez, contrabandista de dinero; Martha Zertuche, directora del DIF; y el subcontralor, la subsecretaria del departamento de contraloría y el director de tecnologías, todos funcionarios de la UAT. Y finalmente como alfiles operan el secretario General de Gobierno, Cèsar Verastegui Ostos y su hermano Vicente Javier, diputado federal; asì como el secretario de Desarrollo Econòmico y la diputada federal Ivett Bermea.
Todos están siendo investigados por la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalìa General de la Repùblica. Esta ùltima ya està tras los huesos de la mayorìa de los aquí señalados.
La urdimbre tejida por Francisco Javier Cabeza de Vaca cumple con todos los requisitos de las características de la mafia -que puntualiza Roberto Saviano en su ensayo Cero, Cero, Cero-: involucra a familiares (hermanos, esposa, mamà, suegro y primos); tiene nexos de operación con el sistema económico legal e ilegal (empresas inmobiliarias, agropecuarias y empresas aduanales); opera con altos funcionarios de la administración pùblica estatal y federal (secretarios, delegados y funcionarios de la UAT); està vinculado al poder polìtico (alcaldes, diputados y senadores); està operando con vulgares delincuentes (contrabandistas de dinero, entre otros).
En síntesis, todos los altos mandos de la administración pùblica de Tamaulipas operan a favor del crimen organizado que, los medios nacionales, los partidos de oposición, los comentòcratas, los políticos de derecha y todos los ciudadanos conservadores tienen toda su energía concentrada en la defensa a este delincuente.
El caso Garcìa Cabeza de Vaca està llamado a convertirse en el ejemplo ilustrado de còmo opera el poder político a favor de la delincuencia organizada en Mèxico.
Eso es la derecha en Mèxico y esos sus políticos. En Mèxico los vamos a derrotar pero falta mucho todavía.
Como diría Napoleòn: “Despacio que voy de prisa”.