Apenas el pasado 15 de julio, 2022, fue por fin detenido en el corazón del llamado triángulo dorado, formado por la intersección entre Sinaloa, Chihuahua y Durango, el ya legendario Rafael Caro Quintero, supuesto líder del nuevo Cártel de Caborca, -a los 70 años de edad-, tras haber estado libre nueve años, desde el 2013, tras una decisión del juez Francisco Reséndiz, responsable del Juzgado de Distrito en materia de amparo penal, con sede en Guadalajara, Jalisco; y tras haber purgado su pena en prisión desde 1985, 28 años, acusado de ser el victimario del agente de la DEA, Kike Salazar, junto con otros jefes destacados del hoy extinto Cártel de Guadalajara, legendarios también, como son Félix Gallardo o Ernesto Fonseca.
La detención se produce, y no por casualidad, a los dos días del encuentro efectuado entre el presidente Joe Biden, y el presidente AMLO.
Y aunque AMLO lo niegue, sosteniendo que él “no es así”, es decir, un achichincle en los hechos de los Estados Unidos, como lo fue desvergonzadamente con Donald Trump, -cuya economía es 20 veces mayor que la azteca-, cuando el imperio yanqui le truena los dedos; también es un hecho que fue la DEA, o la Oficina de lucha antidrogas norteaméricana, quien dirigió la nueva detención de Caro Quintero, con el apoyo subalterno de un equipo de las fuerzas especiales de la Marina Armada de México, precisamente porque Anne Milgran, directora ejecutiva de la DEA, no confía en el ejército mexicano ni en sus mismas fuerzas comando, por el pasado/presente de complicidad de este cuerpo militar con los grandes cárteles mexicanos.
Es importante apuntar, que la liberación judicial de Caro Quintero, también conocido como el R1, en el año 2013, fue considerada por los principales analistas en materia de seguridad, como una victoria simbólica y moral de alto valor, del Cártel de Sinaloa, CDS, por sobre los designios de los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos.
Por tanto, la liberación misma, realizada por el juez Reséndiz, hace nueve años, y el hecho de que en su origen en el pionero Cártel de Guadalajara, confluyeron personajes como el Chapo Guzmán, el Mayo Zambada, Juan José Esparragoza, “el Azul”, o Amado Carrillo, junto con Caro Quintero; fue un inequívoco aliciente para que la DEA no cejara en aprehender de nuevo al “narco de narcos”.
Y aunque por el momento, el mismo juez Reséndiz, le otorgó hoy 20 de julio, 2022, a Caro Quintero, un amparo para no ser extraditado a los Estados Unidos, declarando contradictoriamente hace unos días que se consideraba incompetente para seguir con este caso, es muy probable que el gobierno morenista de AMLO, no resista la presión gubernamental norteamericana, pues como se sabe, la DEA no perdona que sean vilmente asesinados uno sólo de sus agentes.
Así pasen 37 años del crimen sin nombre de Kike Salazar, pues de lo contrario perdería el prestigio simbólico que distingue el accionar de esta agencia antidrogas.
Todo lo contrario a lo que sucede en México.
Por otra parte, para la periodista, Anabel Hernández, quien logró entrevistar al R1 en distintas ocasiones, la extradición del capo de capos sería una infamia, pues en realidad ya purgó su pena por un crimen del que ni siquiera se tiene certeza de que el verdugo de Kike Salazar, haya sido verdaderamente Caro Quintero.
Pero también por su edad, y porque se encuentra enfermo de distintos males, los cuales se agudizaron tras vivir a salto de mata los últimos nueve años, desde el 2013.
Por ende, el recurso acusatorio que está usando la DEA, para extraditar a los Estados Unidos a Caro Quintero, se centra en que éste se ha dedicado tras su liberación, al trasiego de drogas en gran escala a Norteamérica, sobre lo cual, hay muchos elementos para darle la razón.
Pues aunque lo niegue, y debido a la obcecación de la DEA en detenerlo y extraditarlo, Rafael Caro no pudo llevar una vida normal y obligado por semejante presión, no le quedó de otra más que buscar la protección de sus familiares aún involucrados en el mundo del crimen altamente organizado, haciendo pactos tanto con el Mayo Zambada como con los “Chapitos”, para poder ocultarse en zonas controladas por ellos, precisamente en el corazón más profundo del triángulo dorado.
Ya de regreso al narcotráfico, Caro Quintero hizo alianzas quizás contraproducentes para con grupos enemigos del CDS, como el Cártel de los Mazatlecos dirigidos por el duro, Chapo Isidro, antes parte del mega Cártel de los Beltrán Leyva, y enemigo frontal del CDS; pero también con el Nuevo Cártel de Juárez y su brazo armado conocido como la Línea, e incluso lo intentó con el inaprehensible Mencho, líder supremo del CJNG, quien lo mandó a volar en muy malos términos.
Fue así que el Cártel de Caborca, conformado por varias pandillas casi todas conducidas por sobrinos, familiares y hasta un hermano del R1, de reciente fundación, como conglomerado unificado, tomó a Rafael Caro, como su líder más simbólico que operativo, pero eso sí, asimilando la enorme experiencia del R1 en el mundo del crimen.
Dicho Cártel sonorense/sinaloense, está formado entonces, por tres grupos, los de la denominada Plaza, los Rusos y los Peñuelas.
Tema sobre el que volveremos más adelante. En otro artículo.
Y aunque dicho Cártel es una organización que no tiene el enorme poder y recursos del CDS, o del CJNG, el de Caborca, es considerado como una organización criminal intermedia, y de acción regionalizada en el estado de Sonora, sí puede llegar a ser un Cártel mayor, pues tiene los operadores requeridos en Guerrero, Quintana Roo, partes de Sinaloa y Sonora, pero también contactos de alto nivel en Colombia, con el muy poderoso Cártel del Golfo, o el denominado la Oficina de Envigado, conformado por los descendientes criminales del extinto Cártel de Medellín.
Y por supuesto, otros aliados en distintas urbes importantes, de los Estados Unidos.
Tal vez, la reincorporación de Caro Quintero, obligado por las circunstancias, al crimen de alto nivel, sea el factor de mayor peso para su extradición.
A pesar de que el presidente AMLO niegue que obedeció órdenes de la DEA, como parte del cobro por su temeraria afrenta al oponerse a la previa Cumbre de las Américas, si no incluían, las autoridades estadounidenses, a las tiranías seudo socialistas de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En Colima, quedan los recuerdos de las visitas que hizo el R1 a nuestro estado, y las ruinas de una enorme mansión construida por el jefe de jefes, en uno de los cerros más altos y aledaños al puerto de Manzanillo.
Con la mejor vista de la Bahía que ninguna mansión actual posee. Ni siquiera el más lujoso de los exclusivos hoteles del puerto.
Y aprovechando las consideraciones y deferencias que los morenistas locales y la gobernadora, Indira Vizcaíno, tienen por los diversos cárteles, al igual que el presidente AMLO; le recomiendo a Griselda Martínez, la actual alcaldesa morenista de Manzanillo, -plaza en la que es muy fuerte el CJNG, al igual que el CDS-, que rehabilite dicho lugar y lo convierta en un sitio turístico/cultural para los colimenses.
Incluyendo un mausoleo dedicado a Caro Quintero, quien alguna vez se dispuso a pagar patrióticamente y con el sudor de su frente, la deuda externa de México, y quien sin prácticamente sin estudios, ha sido el mayor innovador jamás visto en la industria de la cannabis, al producir una poderosa mariguana sin semilla que revolucionó el mercado de las drogas naturales, -en los ochenta del siglo XX no había drogas sintéticas-, como nadie fue capaz de hacerlo en su momento.