«La pandemia sólo ha puesto en evidencia el fracaso del modelo neoliberal en el mundo… la infección planetaria ha venido a mostrar que el modelo neoliberal está en su fase terminal”. Andrés Manuel López Obrador, en Algunas lecciones de la pandemia COVID-19
Uno de los grandes aciertos del compañero presidente Andrés Manuel López Obrador fue el de buscar garantizar el acceso libre, gratuito y universal para toda la población de las vacunas contra el COVID-19. Apenas hace unos días dijo en una de sus ya icónicas conferencias mañaneras: “imagínense si estuviesen los tecnócratas, pues estarían cobrando por las vacunas y estarían dándole preferencia a los de arriba y a los influyentes, ya estuviesen vacunados todos los de arriba y se hubiese dejado al pueblo en estado de indefensión.”
Por eso también respaldamos su decisión de avanzar en la vacunación de los sectores más vulnerables: ancianos, indígenas, de zonas rurales de los 333 municipios más altamente marginados y alejados del país, tradicionalmente desatendidas por la élite política del país.
Una de las metas de la Política Nacional de Vacunación contra el virus SARS- CoV-2 para la prevención de la COVID-19 en México es la instalación de Brigadas Especiales para cumplir con la fase de expansión de la vacuna a través del “Operativo Correcaminos”, cuyo objetivo es lograr la cobertura de vacuna contra el virus SARS-CoV-2 de manera eficaz y efectiva de toda la población mexicana.
El plan considera 10 mil brigadas o puntos de vacunación que por su composición involucra la participación de 130 mil personas en terreno; además de la colaboración de diferentes instancias y secretarías: Relaciones Exteriores y Hacienda se encargan de la compra de vacunas y los trámites aduanales; Cofepris de la vigilancia, control sanitario y aprobación de las dosis; Conacyt trabaja en el manejo de los padrones e información de los vacunados; Secretaría de Bienestar, es responsable de la operación en campo de las brigadas; la Sedena, Marina y el INSABI trabajan en la logística, traslado y vigilancia de las vacunas, y los trabajadores médicos de Salud, ISSSTE, IMSS, INSABI, Sedena, Pemex y Semar son los encargados de la aplicación de las dosis. Además, debemos agradecer la participación de voluntarios que cooperan con las brigadas. A todos ellos, infinitas gracias por cuidar de todos.
En Colima, por ejemplo, ya se han enviado casi 40 mil dosis. Tan sólo el día de ayer 17 de marzo llegaron 3 mil 900 de Pfyzer, que serán aplicadas a personas adultas mayores de 60 años en el municipio de Villa de Álvarez.
No obstante el esfuerzo de todo el personal involucrado, existen algunos obstáculos que perjudican el bienestar de las personas. Como el incidente ocurrido hace unos días, en el que adultos mayores acudieron al polideportivo de Villa de Álvarez en búsqueda de ser vacunados contra el COVID-19, esto, debido a que la Secretaría de Salud del Gobierno de Colima difundió un lugar que no fue contemplado ese día por Gobierno Federal como un lugar de aplicación.
Con el afán atropellado de atribuirse la aplicación de la vacuna y usar la salud de la gente como como capital político, al gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez no le importó mentir o equivocarse, no le importó exponer a los adultos mayores a la enfermedad, ni que esperen horas bajo el sol. No les importó ni la salud, ni la esperanza de la gente.
El Gobierno de México ha sido claro. Para evitar confusiones, y cerciorarse que la vacuna no tenga fines partidistas, la estrategia nacional de vacunación está en manos de las instancias federales correspondientes, como lo es la Secretaría de Salud. Recomendamos seguir las redes de dichas instancias para evitar confusiones futuras.
Lamentamos terriblemente el hecho y esperamos que los adultos mayores afectados no pierdan la esperanza, ni el deseo de vacunarse. La aplicación continuará hasta garantizar la salud de las y los colimenses, principalmente de personas adultas mayores.