Estación Esperanza: Deuda. Herencia Maldita II
La columna de Vladimir Parra Barragán
“Resulta apropiado romper con la lógica que lleva al ciclo de endeudamiento, desvío fraudulento y pillaje masivo de las riquezas locales, provocado por la dependencia de los mercados financieros y los préstamos condicionados por las instituciones financieras internacionales.”
Eric Toussaint en La bolsa o la vida
El año anterior, contrario a lo dicho por el gobernador a los círculos con los que ha socializado la falsa necesidad urgente de la deuda, la administración peraltista proyectó ingresos por 18 mil 140 millones de pesos que le fueron autorizados por el Congreso del Estado. Sin embargo, recibió 18 mil 970 millones de pesos. Una diferencia a favor de 830 millones. ¿Qué hizo con ellos? ¿Amortizó deuda pública? ¿Pagó pasivos con sus acreedores? ¿Liquidó adeudos al Instituto de Pensiones de Colima? ¿Abonó a la deuda a largo plazo? ¿Culminó de pagar deuda a corto plazo?, como ordena la Ley de Disciplina Financiera. La respuesta es no.
Todo ese dinero fue a parar al gasto ordinario, a mantener los gastos superfluos de su oficina, a conservar sus lujos, a seguir rentando aviones para sus viajes, se fue en las comidas para sus amigos los gobernadores golpistas; esos gobernadores del prianismo y del viejo régimen que –como Nacho Peralta- reciben más, se lo gastan de manera irresponsable y quieren que el Pueblo pague sus deudas e irresponsabilidades. Pero, insisto, no lo vamos a permitir.
Tan sólo el año pasado, el primero con un Presupuesto armado por el Gobierno de la Cuarta Transformación y apegado a los principios de austeridad y honestidad, el Gobierno de Colima recibió 729 millones de pesos más por concepto de Participaciones Federales, cantidad que fue extraordinaria a lo proyectado por el gobierno estatal. Está claro que Nacho Peralta y su equipo son unos magos con las cifras.
De enero a abril de 2020, según información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, las participaciones federales otorgadas al estado de Colima aumentaron en 442 millones de pesos en comparación a lo recibido en el mismo periodo del año 2019.
LA DEUDA NO VA
Si la tendencia indica que Colima tendría más ingresos, entonces ¿por qué el Gobernador insiste en que la deuda es necesaria? ¿por qué pregona a los cuatro vientos que quiere terminar el edificio del C5i si la infraestructura instalada de cámaras de videovigilancia, arcos detectores, antenas y sistemas de comunicación ya se encuentra en funcionamiento y no ha dejado resultados palpables en materia de seguridad? ¿acaso cree que concluir el edificio hará la diferencia?
Ahora Nacho Peralta insiste en que de la solicitud de crédito que enviará al Congreso, utilizará 176 millones de pesos para hacer frente a la pandemia por COVID-19. El gobernador no les dijo a los empresarios ni le ha dicho al resto de los colimenses que ya le pidió más de la mitad de ese dinero a un banco. Con ello compró un tomógrafo que, de acuerdo a versiones recogidas por la compañera de Morena, Blanca Livier Rodríguez Osorio, y gracias a testimonios de especialistas del Hospital Regional, el tomógrafo es de segunda mano. También se compraron 50 ventiladores asistenciales –de los cuales- hasta el sábado, apenas se habían recibido 20. Pero antes de recibirlos se informó que sólo se comprarían 25 y ahora que sólo 45. Contradicción tras contradicción. La más pura eficiencia.
¿Así quieren que el Pueblo de Colima les confíe más recursos? ¿Así pretenden que el Congreso autorice una deuda maldita que nos llevaría a un registro de pasivos superior a los 6 mil 700 millones de pesos si se les autoriza? La deuda ha sido un instrumento de legitimación coercitiva de los intereses financieros sobre los estados, profundizando su dependencia, y a la vez, enriqueciendo las oligarquías locales y aumentando el empobrecimiento de sus pueblos. Por eso se equivocan los entusiastas de la deuda. La mayoría de los colimenses quiere una transformación, ya votaron por ella en julio de 2018 y vamos a ser firmes en Morena: #LADEUDANOVA