El Oscuro Páramo: Tres mujeres y un camino: El rostro femenino de la justicia educativa

Hay frases que se esculpen en la memoria colectiva por su franqueza y por el momento en que se escriben o se dicen. Una de ellas se escuchó en Manzanillo cuando la Presidenta Claudia Sheinbaum, flanqueada por la Gobernadora Indira Vizcaíno y la Presidenta Municipal de Manzanillo, Rosi Bayardo, dijo: “Tres mujeres y un camino”.
Aquella no fue una referencia lanzada al azar. Ese día en el Puerto se trazó una declaración política, una consigna de lucha y, sobre todo, un acto de paralelismos en cuanto a los Programas Legado de cada administración enlazada en el presidium de ese protocolo del 2 de marzo pasado.
Más allá de la fuerza presidencial de la consigna, en el ámbito local la frase ha hecho eco en la trascendencia de las políticas y sinergias del Gobierno Estatal y el de Manzanillo, que junto a las políticas nacionales, empiezan a hacer frente a uno de los grandes pendientes históricos del país: la justicia educativa.
En México, las carencias siguen siendo muchas. Se traducen en niños con problemas para aprender por hambre, en niñas y niños que no completan la lista de útiles escolares, en familias que enfrentan la dificultad de comprar uniformes, en madres y padres que cargan deudas que duran años para comprar una computadora, en horas extra de trabajo para pagar el transporte público. Así como en el resto del país, en Colima el rezago escolar se hereda como se hereda el silencio o la desesperanza.
Y frente a esa realidad, tres mujeres en tres niveles de gobierno están haciendo lo que rara vez ocurre en México: ponerse de acuerdo en lo esencial. Y lo esencial, en este caso, es que ninguna niña, ningún niño, ni joven, abandone sus sueños por falta de dinero. Por ello de la visión cuidadora de Claudia, Indira y Rosi, surgen las opciones de los Programas que alientan la justicia educativa, atienden las causas y unen esfuerzos para que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes tengan más oportunidades de desarrollarse.
Beca Rita Cetina: poner nombre a la memoria y recursos a la esperanza
Desde el Gobierno de la República, Claudia Sheinbaum ha puesto en marcha una de las apuestas más importantes para la educación secundaria pública en décadas: la Beca Rita Cetina.
Se trata de un apoyo de 1,900 pesos bimestrales para estudiantes de secundaria pública, con el objetivo de evitar la deserción escolar y garantizar que cada adolescente tenga el respaldo mínimo para continuar sus estudios. Pero más allá del monto, hay un gesto profundamente simbólico en el nombre: Rita Cetina fue una de las primeras feministas y educadoras del siglo XIX, fundadora de escuelas para mujeres en Yucatán cuando estudiar siendo mujer era un acto subversivo.
Nombrar una beca así es sembrar memoria en la política pública. Es reconocer que el futuro también necesita raíces. Y en un país donde las desigualdades educativas se ensañan con las adolescencias pobres, este programa se convierte en un escudo, una herramienta, una promesa.
ColiBecas: la visión local con vocación transformadora
En Colima, la Gobernadora Indira Vizcaíno ha hecho de la justicia educativa uno de los pilares de su administración. A través del programa “Mi ColiBeca para Empezar”, más de 70 mil estudiantes de preescolar, primaria y secundaria reciben apoyos económicos de forma directa. Son 400 pesos cada dos meses, una cifra que puede parecer modesta desde la comodidad de quienes no enfrentan carencias, pero que en los hogares donde el dinero no alcanza para los útiles, el pasaje o los zapatos, representa un alivio y una señal de que el Estado no se ha olvidado de ellos.
Pero Indira ha ido más allá. Desde 2022, su gobierno entrega computadoras portátiles a estudiantes de primer ingreso de secundaria y universidad pública. Más de 30 mil equipos han sido entregados con una inversión superior a 151 millones de pesos. Y no, no se trata solo de entregar tecnología: se trata de acortar brechas, de nivelar el piso, de dar herramientas para que ninguna joven o ningún joven colimense quede fuera del mundo digital por culpa de su código postal.
UniBeca: el abrazo de Rosi a sus estudiantes
En Manzanillo, la presidenta municipal Rosi Bayardo ha entendido que la educación superior también necesita aliados locales. Su programa #UniBeca está dirigido a estudiantes de licenciatura y posgrado, ya sea que estudien en el puerto o que, siendo originarios de Manzanillo, estén formándose en otros municipios. El apoyo es de 9 mil pesos anuales por estudiante.
Este esfuerzo municipal es significativo. En un país centralista donde muchas veces los municipios están ausentes de las políticas educativas, Manzanillo marca un precedente: el Gobierno Local también tiene responsabilidad en el futuro académico de su juventud. Y cuando esa responsabilidad se asume con empatía y visión, los resultados tocan y transforman vidas.
Un camino de mujeres, para muchas más
Lo que une a estos tres programas —la Beca Rita Cetina, ColiBecas y UniBeca— no es sólo que estén encabezados por mujeres, sino que parten de una misma lógica de justicia: atender causas, no solo gobernar para amainar los efectos de olvidos e injusticias históricas. Las causas del abandono escolar, de la deserción universitaria, del rezago en habilidades digitales, tienen nombre: pobreza, marginación, desigualdad, violencia estructural.
Frente a esas realidades, la Presidenta, la Gobernadora y la Alcaldesa no optaron por el discurso vacío ni por las promesas grandilocuentes a las que nos han acostumbrado tantos gobiernos encabezados por hombres.
Claudia, Indira y Rosi eligieron poner dinero público donde más se necesita: en las mochilas, en las libretas, en las aulas, en los sueños de quienes nacieron lejos de los privilegios, pero que tienen derecho a una vida de anhelos, de esperanza y bienestar.
Con ello, la visión de estas tres mujeres ha logrado en Colima una universalidad en políticas públicas de apoyo educativo que es inédito en el país, un logro que habrá de registrarse como histórico a pesar de los detractores de la 4T en la entidad.