Los procuradores procuran no procurar, los jueces viven sin enjuiciar, los chayoteros viven de adular sin criticar… y el INE… quiere vivir anulando el voto de los ciudadanos. Nació para organizar las elecciones y, cuando más lo necesitamos, decide, mediante estrategias dilatorias y mañosas, no asumir sus funciones, decidió hacer una consulta a regañadientes, es decir, negando su esencia.
Que el procurador no procure y el juez no juzgue nos tiene metidos en una espiral de impunidad que el INE la quiere agravar al obstaculizar los procesos de consulta al ralentalizarlos; si a ésto, le sumamos que los periodistas han decidido reivindicar la mentira como ejercicio del criterio, la derecha y sus enclaves, tanto en el Estado como en la iniciativa privada, pretenden callar las voces de los ciudadanos porque pretenden seguir siendo ellos los monopolistas de las decisiones y de la verdad absoluta, marginando a la mayoría de los ciudadanos, es decir, continuar viviendo en una sociedad donde las élites manden y se queden con el dinero de la mayoría, producto de su trabajo honrado.
No olvidemos que el INE nació para ser el organismo electoral nacional autónomo que contribuyera a la consolidación de la cultura y convivencia democrática en México, distinguiéndose por ser una institución moderna, transparente y eficiente, en la que la sociedad confíe plenamente para la organización de elecciones equitativas e imparciales; sin embargo, ahora nos damos cuenta que no le gusta que la gente opine porque, según ellos, es un ejercicio muy costoso. Y ellos tienen grandes salarios y gastos superfluos y enormes en trivialidades.
Los ciudadanos debemos de hacer posible la consulta para el enjuiciamiento de los ex presidentes para demostrar que: los mexicanos tenemos que hacer una revisión del pasado; demostrar que la impunidad es posible acotarla y reducirla; que los ex presidentes no son intocables y que nadie lo es; que tenemos que poner ante la justicia a esa generación de bribones que desde 1982 a la fecha han saqueado al país; que tenemos que darnos la oportunidad de construir un país con estàndares mìnimos de decencia.
La misión del INE es:
Organizar procesos electorales libres, equitativos y confiables, para garantizar el ejercicio de los derechos político-electorales de la ciudadanía y contribuir al desarrollo de la vida democrática de México.
Sin embargo, en las últimas fechas y eventos, el INE se ha empeñado en ser un actor más en la contienda que un árbitro. Por ejemplo ha insistido en negar los derechos a participar a algunos ciudadanos y otros que, han resultado elector de conformidad a ley, les ha obstaculizado el proceso negándoles su constancia que la ley mandata.
Y ha sido omiso en su obligación de vigilar que las campañas electorales, manejo de recursos y en general el estricto apego a ley se cumpla, provocando que los actores políticos abusen de las prerrogativas que les brinda ley y, en muchos, aprovechándose de las lagunas y omisiones de la misma para buscar la anulación de las elecciones provocando, aparte del doble gasto, incertidumbre y falta de garantía del respeto del voto.
La consulta es por el inicio de la democracia participativa que tanto requiere nuestro país. El desprecio y el franco sabotaje de la derecha, por la realización de la consulta, nos dice que algo muy bueno debe significar y contener ésta, pues le tiene pavor la derecha.
Yo voy por la consulta porque quiero que metan a la cárcel a los ladrones que un día usurparon la presidencia de México. Zedillo, Fox, Calderón y Peña tienen un destino común: la prisión.