Quedó más que evidenciado el inútil trabajo que realizan la dupla de presidentas de la zona conurbada, pues mientras Colima y Villa de Álvarez se hundían en uno de los fenómenos meteorológicos más peligrosos de la temporada, las ediles municipales se paseaban a todo lujo con el presidente estatal del PRI, Arnoldo Ochoa, por la Ciudad de México, besándole hasta los pies al presidente nacional, Alito Moreno.
Y se preguntarán ¿QUÉ HACÍAN POR ALLÁ?
Pues para la mala suerte de las señoras presidentas, fue el mismo Alito Moreno quien hiciera pública su reunión a través de sus redes sociales, con la imagen de aquellas mujeres empoderadas, sintiéndose casi casi todas unas Kardashian, inalcanzables, todas unas “Barbis” sentadas a la mesa disque “trabajando para dar buenos resultados en favor de las familias de sus municipios”. No pos sí, a leguas se les veía la cara de preocupación y angustia porque su pueblo estaba siendo azotado por el huracán. Eso sí, con sus candidaturas para el 2024 bien amarradas, porque acuerdes que entre más’ amarraó, más mejor.
Me pregunto ¿quién en su sano juicio prioriza sus aspiraciones políticas para el 2024 y no el bienestar de las familias ante la incertidumbre? o qué, ¿no estaban enteradas del huracán?
Toda la faz del cielo estaba perfectamente nublada, llovía a cantaros; había la mayor señal de advertencia de ese evento que se avecinaba y que ocasionaría desbordamientos de ríos, lodo, fango y horror vaya, pues un caos por las inundaciones.
El volumen de agua en la capital, hizo que el Río Colima se desbordaba afectando diversas colonias con casas inundadas, tanto las calles del centro como las avenidas parecían ríos caudalosos, se estimaba 750 ml de agua por segundo; en Villa de Álvarez un video viral muestra el momento en el que evidencian días antes del huracán, los trabajos que el ayuntamiento realizo en la en la Av. Prolongación Hidalgo, fueron $9,088,584.00 millones invertidos en una pequeña alcantarilla.
Resulta muy cuestionable el nulo impacto de la obra, * “CONSTRUCCIÓN DE COLECTOR PLUVIAL” * en el comunicado oficial describían beneficios directos de 1.818 personas y 640 viviendas, otros beneficios indirectos a 12,526 personas con 5,012 viviendas para fraccionamientos de clase alta (fifís) como; Colinas del Real, Las Colinas, Real Santa Fe, Bugambilias, Real de Caná, Villas Bugambilias, Real Hacienda, Jardines de Bugambilias y Real de Montroy.
El huracán Lidia se intensificó tanto que ni sus 694 metros de colector pluvial, sus 3 boca tormentas, los 11 pozos de visita y las 9 cajas de concreto que colocaron en la Av. Prolongación Hidalgo de Villa de Álvarez pudieran con este poderoso fenómeno natural.
Además de generar vientos dañinos, Lidia dejó hasta 30 pulgadas (750 milímetros) de lluvia, lo que provocó el derrumbe del puente de Tulipanes y La Reserva. Quizás piense que este suceso termina aquí, pero, ¡qué va! Dejará incomunicadas a miles de personas de las colonias populares.
Ya por la tarde los Villalvarenses que pretendían llegar a sus hogares, buscaron seguridad en plazas comerciales, algunos tomaban taxis y rutas alternas, los aventurados convirtieron sus vehículos en góndolas, tratando de navegar por las famosas Avenidas; Ayuntamiento, Niños Héroes, María Ahumada de Gómez, Benito Juárez y Pablo Silva que fungieron como canales cual si fuese la ciudad turística de Venecia.
Total, no dejo ni para el norte ni para el sur, ni para ricos y menos para pobres.
QUE TANTO ES TANTITO
No es de extrañarse que las obras que está realizando la presidenta Esther Gutiérrez en vialidades llenas de baches y parchadas, tenga estas consecuencias, y para probar esa y otras más obras disque para “beneficios de los colonos”, déjeme recordarle un dato interesante, su actual director de Desarrollo Urbano, el Arq. Juan Carlos “Moches” Castañeda, es el mismísimo responsable que gastó 50 millones de pesos en adoquines (por cierto, quebrados por mitad para echarse más dinero a la bolsa), para las vialidades del centro de Villa de Álvarez, en el tiempo de Kike Rojas, obra que tenía “garantía” establecida de 50 años y, sin embargo, a los dos años se empezó a deteriorar, reflejando la pésima calidad de infraestructura que entregan los gobiernos Priistas.
