Ah, los Nepo Babies, esa nueva generación de prodigios políticos que nacen con el privilegio de tener apellidos importantes y padres influyentes. ¿Quién necesita méritos y trayectorias cuando puedes heredar tu camino hacia el poder?
En el emocionante drama político colimense, las alertas de nepotismo resuenan como una sinfonía desafinada. Peralta, López, Moreno, Preciado… ¡una lista interminable de nombres que seguramente iluminarán la política con su brillantez hereditaria!
Las elecciones del 2024 se perfilan como un punto culminante, donde el PRI y el PAN nos deleitarán con la incorporación de sus estrellas emergentes, los Nepo Babies. ¡Qué emocionante será ver a jóvenes con trayectorias tan vastas como una página en blanco luchando por representar a sus apellidos en el congreso local y federal!
¿Méritos? ¿Experiencia? ¡Bah! Esos son detalles insignificantes cuando puedes asegurarte un lugar en la historia política gracias a papá y mamá. La hija del panista más priista Pedro Peralta, la hija de don Corleone, el ex gobernador Moreno Peña, el hijo del mega delegado de la UCOL Adrián López Virgen… ¿quién necesita democracia cuando se puede tener dinastías familiares?
Y, claro, el término «Nepo Babies» ha desatado una gran controversia entre los militantes del PRI y PAN. Mientras algunos jóvenes con apellidos menos deslumbrantes se esfuerzan por destacar, los privilegiados Nepo Babies están ocupando las primeras posiciones sin el tedioso requisito del mérito. ¡Qué manera tan refrescante de fomentar la competencia y la igualdad en el Prianismo!
La verdadera militancia con capacidad individual, ese grupo de soñadores que creían en la meritocracia, ahora enfrenta la dura realidad de que el modelo de perpetuación de las jerarquías de poder se rige por el nacimiento y la herencia. Pero, ¡qué importa! La sociedad, una vez más, deberá conformarse con esta situación tan equitativa.
¡Bravo por la democracia a la manera de los Nepo Babies!
