Mientras el embajador de los Estados Unidos en México, ya declaró a los ciudadanos de su país, que el estado de Colima es una entidad altamente peligrosa para su seguridad, advirtiéndoles de no viajar a nuestra asolada Finisterre, la respuesta de Indira Vizcaíno, gobernadora ha sido nula.
Pero si los ciudadanos estadounidenses son informados puntualmente, por su propio gobierno o en este caso su embajador en México, de la situación extrema de violencia que padecemos, el gobierno estatal colimote, sigue des/informando a nuestros coterráneos, aseverando que todo va bien en materia de violencia e inseguridad, como nunca en los últimos diez años, a través de la mesa sobre “seguridad y construcción de paz”, mediante la cual, el vocero oficial, Joya Cervera, no deja de mentir, con un discurso, el oficial, en el que se pinta un panorama ideal sin llamar a las cosas por su nombre, agregando por quien esto escribe, que eso de la “construcción de paz” es un vil eufemismo en el que no se aporta ni un milímetro para lograr la paz en el estado, en la medida en que ni siquiera se reconoce el estado de guerra hobbesiano, de todos contra todos, imperante en Colima; para desde ese punto de partida, -reconociendo la grave realidad-, proponer los elementos básicos para fundar la paz, entre los colimenses.
En un entorno en el que desde el mismo gobierno federal, AMLO presidente, afirma cínicamente, que su estrategia contra el crimen altamente organizado va bien, agregando que él mismo tiene la consciencia tranquila, no obstante los 82 asesinatos por día en promedio que se suscitan en nuestra nación.
La actitud gubernamental y el mismo discurso de Indira, gobernadora, es por ende, como si el volcán de fuego estuviese explotando y haciendo estragos por todos lados, mientras a la par, ella y su vocero, Joya Cervera, sostienen, apoyados por la inmensa mayoría de medios corruptos y neo paleros colimotes, que los índices de criminalidad van disminuyendo en Colima, cuando los 750 asesinados de noviembre 2021 a la fecha, ya rebasaron a todos los ejecutados en el año 2021.
Por lo tanto, y como un aporte imprescindible de 7AM, para la sociedad colimense, periódicamente en esta columna, se publicarán informes escuetos, acerca de la realidad de la narco/guerra colimense, y las zonas y horarios de mayor peligro para todos los conterráneos habitantes de los diez municipios locales.
Antes de ello, los amables lectores de este analista, deben de entender, que actualmente, el cártel independiente de Colima, se está debilitando fuertemente. Cuyo máxime líder criminal, José Bernabé Brizuela, mejor conocido como “la Vaca”, la “bestia” o “el animal”, al salirse de Colima, se refugió en CDMX, buscando entrevistarse con el secretario de seguridad capitalino, García Harfuch, para recibir su apoyo, dada la escisión violenta del grupo de los Mezcales del CJNG, tras los enfrentamientos en la cárcel estatal ubicada en Colima, capital, el 20 de enero del año en curso, que dejó 9 muertos y 7 malheridos, -la mayoría del CJNG-, enfrentamiento que dio lugar al nacimiento del cártel de los mezcales o independiente de Colima. CIC.
Y aunque Brizuela Meráz, logró entrevistarse con subordinados de la secretaría de seguridad de CDMX, el 18 de agosto del año en curso fue aprehendido por la policía capitalina, y remitido a un penal de máxima seguridad en el estado de Tamaulipas.
Tras estos hechos, uno de sus sobrinos denominado el “abulón”, de nombre, Carlos Meráz Mercado y la propia hermana de la Bestia, Blanca Brizuela Meráz, tomaron el mando del cártel de los Mezcales, grupo que por la prepotencia de su líder hoy preso, había iniciado un proceso de escisión entre sus tropas, agudizado tras la detención de su compadre, en la ciudad de Aguascalientes, José de Jesús N, conocido como el “cigarrero”, el 2 de septiembre del año en curso, coordinador logístico y financiero del CIC.
En tales circunstancias, la tropa del CIC ya sin sus dos máximos líderes, ha fortalecido una alianza con el grupo criminal mayoritario en Michoacán, -sumamente nefasto contra la población-, conocido como, “carteles unidos”, liderado por el “Abuelo” Farías, con tal de superar su debilidad financiera y logística, y la pinza que el Cártel de Sinaloa de la facción del Mayo Zambada, muy enraizada en Manzanillo, y el CJNG de nuevo dirigido por los hermanos Jarquín en Colima, están haciendo contra los soldados del CIC.
En otras palabras, lo acontecido en Colima no se puede entender, sin la Geopolítica regional implícita en esta inusitada narco guerra, a tres bandas, pero que involucra a otras organizaciones criminales de alta peligrosidad, que están incidiendo en el constante viacrusis colimense, con su cauda de tres o cuatro ajusticiados cada día.
La detención del “animal”, Brizuela Meráz, jefe del CIC, en CDMX, involucra al conocido grupo de policías capitalinos, denominado los “Chilangos” con sus propios intereses y jugadas mafiosas en esta dialéctica del crimen; pues mientras estuvo en Colima, refugiado en el barrio céntrico del Mezcalito, en Colima city, el llamado “bestia”, nunca fue molestado por la Fiscalía General del estado de Colima, con el pretexto de no calentar más la plaza, molestando de más a la tropa del CIC.
La solución a la narco/guerra colimense por ende, no pasa sólo por el envió de 5 mil tropas federales, tanto de la GN, el ejército o la Marina Armada de México, mientras desde el gobierno estatal encabezado por Indira Vizcaíno, no se ofrezcan críticas sanas a AMLO presidente, así como opciones de respuesta y solución de raíz a esta problemática, dada la protección gubernamental del gobernador michoacano, Alfredo Ramírez Bedolla, y el ejército, a los “cárteles unidos de Michoacán”, junto con la pasividad del mismo ejército mexicano mostrada hacia este cártel de secuestradores, violadores, extorsionadores y narcotraficantes, que tienen secuestrado a la mayor parte del estado sureño vecino.
Tal y como sucedió con la mafia de los Caballeros Templarios el sexenio anterior.
Pues arrojarse a los brazos del presidente AMLO, sin aportar desde Colima, soluciones a una narco/guerra que tiende a profundizarse, en toda la región, por parte del gobierno estatal, sólo está contribuyendo a empoderar más a los grupos criminales que se mueven en nuestra entidad.
Y así no se construye paz alguna.
Pues esta guerra que entrecruza a Colima, tiene a los mismos actores que están enfrentándose en los vecinos estados de Jalisco y Michoacán.
Así como al cártel consentido en sus dos facciones principales, -la del Mayo Zambada y los Chapitos-, que desde el famoso culiacanazo, parece que está en las preferencias y el corazón, del presidente López Obrador.