Opinión – Del Gabinete del presidente Gustavo Petro en Colombia y su significado para la izquierda mexicana y de América toda

El pasado siete de agosto tomó formalmente el poder y la investidura presidencial, el catalogado frívolamente por la prensa dominante global, como el izquierdista, Gustavo Petro Urrego, por el conglomerado de partidos, organizaciones civiles y ciudadanos, denominado Pacto Histórico, en la hermana República de Colombia.

Esta victoria política/electoral del Pacto Histórico, y de su principal impulsor, el partido de la Colombia Humana, es de muy alto valor para todas las izquierdas sociales de América, y particularmente significativa para la izquierda socialista, los liberales democráticos y los mismos conservadores progresistas, -que paradoja-, que también fueron aliados determinantes en los 10 millones y medio de votos, obtenidos en la segunda vuelta electoral, por Petro Urrego, frente a los 9 millones, 750 mil electores que sufragaron por la la Liga de los gobernantes Anticorrupción, y su candidato, el ingeniero Roberto Hernández.

Con una victoria tan reñida, el electo presidente Gustavo Petro, sabe que la primera tarea política que tiene ante sus coterráneos, es la de unificar al país mediante un gobierno competente y de logros, que fortalezca la economía y la renta de la tierra, apostando por las energías limpias, la sociedad del conocimiento y la obtención de la  Paz Total.

En ese sentido, la conformación del gabinete hecho por Petro, no es un exclusivo equipo de gentes de izquierda recalcitrante, ni una combinación de viejos priístas o gentes comprometidas hasta el tuétano con el viejo régimen, corruptos y totalitarios, más gente emanada de Morena hoy partido, y cercanos al presidente AMLO, -como acontece en México-, que tampoco pueden ser considerados de izquierda social y combativa. Todos centrados además en la figura hiper/presidencialista y verticalista del nuevo Tlatoani, López Obrador.

En el caso de Colombia, hoy, se pueden notar nuevos ministros y hasta la misma vice/presidenta, Francia Márquez, que provienen de liderazgos sociales, étnicos, o políticos, muy apegados a las luchas populares colombianas, -algo inexistente en el gabinete de López Obrador-, líderes a los que no se les ha regalado absolutamente nada en el duro campo de batalla que ha sido la política colombiana, en los últimos sesenta años a la fecha.

Pero por el otro lado, vemos en el gabinete de Petro, toda una pléyade de muy talentosos académicos y políticos, incluyendo a  conservadores/progresistas, comprometidos sin excepción, en la lucha por un país sin guerra, donde los derechos humanos rijan la vida humano/social, de los y las colombianos.

Por ejemplo, en el Ministerio del Interior,  el equivalente a la Secretaria de Gobernación en México, tenemos al señor Alfonso Prada, de 57 años, quien proviene del Centro Político, el cual, durante la presidencia del ex presidente y premio nobel de la Paz, Juan Manuel Santos, 2010/2018, fungió como secretario general de la Presidencia. 

También fue ex secretario privado en la campaña presidencial de uno de los grandes líderes liberales, que ha tenido Colombia, Luís Carlos Galán, asesinado por la Oligarquía Goda en 1986. 

Y en la última campaña presidencial de Petro, la tercera, se desempeñó como su Jefe de Debates.

2. En el Ministerio de Relaciones Exteriores, tenemos Álvaro Leyva Durán, de 79 años, quien se desempeñó como secretario privado del ex presidente Misael Pastrana, -en los años 70 del siglo XX-, ex presidente que inició las pláticas de paz con las FARC y el propio líder máximo de estas legendarias guerrillas comunistas, Manuel Marulanda Tirofijo, allá en san Vicente del Cag uán.

Y ya desde los años 80 del siglo XX, Álvaro Leyva, ha estado muy comprometido con la instauración plena, de la paz.

Es también considerado como un “veterano político conservador”.

3. Para el Ministerio de Hacienda, Petro presidente, designó a JA Ocampo, de 69 años, reconocido como un economista socialdemócrata, con doctorado en la Universidad de Yale, y con cargos tan relevantes como, ex secretario general adjunto de la ONU, 2007, o ex secretario ejecutivo de la CEPAL.

Es co/director y docente de la Universidad de Columbia, en New York, USA, y miembro de su departamento para el desarrollo de las sociedades.

Toda una eminencia.

4. Justicia. Néstor Osuna Patiño, 60 años. Todo un experto en Derecho Constitucional.
5. En el Ministerio de Defensa, tenemos a Iván Velázquez Gómez, originario de Medellín, con 61 años de edad.

Velázquez ha sido el principal investigador contra los procesos de genocidio cometidos por los parapolíticos y paramilitares de derecha, prácticamente todos aliados en su momento del ex presidente Álvaro Úribe. Y su partido Centro Democrático, reciente perdedor de la presidencia del país.

Este cargo, por tratarse de un civil y ya no un militar, además de un profesional de la investigación de los crímenes de guerra, ha provocado la ira de determinados miembros de la cúpula militar y del uribismo, que ahora tendrán que disciplinarse a las nuevas reglas democráticas, en un gobierno de nuevo tipo.

Como miembro de la Corte Suprema de Justicia, fue responsable del encarcelamiento de 50 criminales de lesa humanidad, todos parte de las filas del narco/paramilitarismo de extrema derecha, que ha asolado a Colombia en los últimos años.

Los demás ministerios han sido otorgados a personalidades más a la izquierda, algunos de ellos, auténticos y visionarios líderes sociales, como es Cecilia López Montaño, 49, en el Ministerio de Agricultura, quien es una economista socialdemócrata, encargada de llevar a cabo una reforma agraria de amplio calado, que les haga justicia a los campesinos y a miles de ellos que sufrieron el despojo de siete millones de hectáreas de las más fértiles del planeta, a manos de los cuerpos narco/paramilitares dedicados a combatir originalmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, hoy en su mayoría desmovilizadas tras los acuerdos de Paz, firmados con el ex presidente Juan Manuel Santos, quien terminó apoyando a Gustavo Petro, en su lucha por una nueva Colombia.