El debate a nivel nacional entre corrupción, científicos y académicos no es, sino la búsqueda de las burocracias universitarias por blindarse contra toda auditoria y saneamiento administrativo en su interior, dicho de otro modo, la sacudida que se viene contra la universidades para limpiarlas de la corrupción endémica que han padecido. Amparadas por el garlito de la autonomía universitaria han sustraído los recursos públicos trocàndolos en dinero privado.
En primer lugar había que aclarar que la investigaciòn contra el Foro Consultivo Cientìfico y Tecnològico A.C. no es, ni por mucho, una persecución contra la comunidad científica de Mèxico, sino la investigación de personas vinculadas con un manejo inadecuado de recursos públicos, no por su propia tarea o tema de investigación.
En segundo lugar la defensa que se hace de ellos asume que el quehacer científico està exento de actos de corrupción, cuando todos conocimos de la Estafa Maestra, entre otros escándalos, donde participaron instituciones acadèmicas y personas dedicadas a la ciencia que se prestaron para robar del erario.
En tercer lugar famosos divulgadores de la ciencia –que màs parecen divulgadores del odio y la estolidez- han caído en estupideces tan enormes como la expresada por el señor Antonio Lazcano que le pidió al presidente transparentar cuànto paga de renta por el Palacio Nacional. Cuando uno escucha estos argumentos no dan ganas de ser científico.
En cuarto lugar lo que verdaderamente està sucediendo es la búsqueda del aglutinamiento de toda la comunidad científica y acadèmica para iniciar, o configurar, un frente nacional amplio que defienda a la comunidad de la supuesta embestida del Gobierno de Mèxico contra la ciencia y los científicos. En otras palabras, proyectar la amenaza contra los corruptos como una embestida contra la ciencia y los científicos como lo hizo el CIDE al declarar que se trata de una disputa de carácter ideològico.
La verdad es que la respuesta de la comunidad científica y acadèmica no les hizo segunda, por muchas razones, entre otras, porque en realidad se puso al descubierto que existe una casta privilegiada de burócratas y científicos que se aprovechaba de estos recursos para, por una parte quedárselos y por otra transferirlos, vìa mecanismos legaloides, hacia empresas o personas de la vida privada, es decir, que tenìan un mecanismo para transferir los recursos públicos a manos privadas. Y de ciencia no hacían nada.
Lo que si està claro es que todas las universidades pùblicas, amparadas en la figura legal de la autonomía universitaria, interpretada muy a su favor, les permite mantener un manejo discrecional de los recursos sin rendirle cuentas a nadie y muchas de las burocracias universitarias se han enriquecido a costillas del dinero pùblico. Hubo, por cierto, algunas expresiones tan fuera de lugar y toda proporción histórica y política que compararon a Javier Barrios Sierra –brillante defensor de la autonomía universitaria- con Enrique Graue, semejante despropósito suena màs a un chiste que una propuesta medianamente seria.
Por el momento ya se puso al descubierto los malos manejos de la Universidad Autònoma de Hidalgo y los funcionarios de dicha institución están bajo la lupa de la Fiscalia General de la Republica.
La UNAM y la Universidad de Guadalajara –por citar dos ejemplos- tienen castas de burocracias doradas donde los funcionarios que rodean a sus rectores viven una vida llena de privilegios y derroche que resulta ofensivo para el resto de sus comunidades docentes y administrativas, ademàs también ofenden al resto de la población que paga sus impuestos y hace posible su existencia.
Afortunadamente no han tenido eco entre los universitarios y se ve muy difícil que lleguen a movilizar a sus comunidades universitarias.
Estas universidades tienen rectores con salarios de 170 mil pesos, o màs, es decir, que ganan màs que el presidente y gozan de pensiones similares cuando la población en general, apenas en su medianía, tiene salarios promedio de 6 mil pesos mensuales.
Esta fallida búsqueda de acuerparse, para defender a los cientìficos y académicos, no ha tenido el efecto que esperaban porque la sociedad està en un grado de madures que sabe distinguir entre una manipulación y una reivindicación social justa.
En Colima, por citar un ejemplo, producto del empuje de Hacienda para la estricta aplicación de la Ley de Disciplina Financiera, ha provocado que el Gobierno estatal haya caído en situación de impago a sus trabajadores (como ha sucedido en otras entidades federativas por el mismo motivo) impactando a los sindicatos y sus dirigencias charros que, por muchos años, se beneficiaron con privilegios màs allà de la ley usando a sus agremiados como carne de cañòn, por supuesto cedièndoles algunos privilegios. Los dirigentes de los sindicatos de burócratas y la sección 39 del Snte tendrán que dar muchas explicaciones a sus agremiados y las respectivas bases gremiales tendrán que plantearse profundas transformaciones. Todo lo anterior es producto de acciones de la 4T instrumentadas desde el Gobierno de Mèxico.
La sociedad colimense tendrá la palabra para presionar si se siguen profundizando los cambios o tolera las componendas entre la sociedad política colimense que gusta del poder del contubernio para operar políticamente.
Por lo pronto, la sociedad política colimense està de luna de miel, pues el Congreso, los ayuntamientos y el Gobierno del estado están en el proceso del relevo de sus titulares. Esta fiesta, a manera de luna de miel, les durarà hasta finales de noviembre y a partir de entonces vendrà la resaca de las fiestas de toma de posesión y tendrán que enfrentar la cruda realidad que significarà conducir un estado que fue embestido por el Crack de Nacho.
Si la Cuarta Transformaciòn no toma alturas regionales, la cuarta transformación no será; sin embargo, los corruptos del viejo régimen tendrán sobre sus cabezas la amenaza de un gobierno federal cada vez con mayor apoyo popular. Los científicos y los académicos –en Colima como en todo el país- serán muy científicos, pero tendrán que portarse bien y cortarse las uñas. Los rateros estèn donde estèn y se dediquen a lo que se dediquen tendrán que caminar derechitos y cooperando.
Yo no me siento perseguido, pues desde niño –que soy aficionado al pancracio- siempre estuve del lado de los rudos, los técnicos y científicos siempre me dieron mala espina.
