“México es uno de los pocos países que ha reducido su esperanza de vida al nacer, entre otros factores por la epidemia de sobrepeso, diabetes, etcétera… hay intereses que han llevado en administraciones previas a que se oculte esa información o a que se usen eufemismos y se diga: ‘Bueno, sí, pero salta, brinca, muévete y chécate’. Hugo López-Gatell
Es sabido, por las y los mexicanos el lastimoso estado de salud que la presencia descontrolada de alimentos ultra procesados y de bebidas azucaradas durante el viejo régimen neoliberal dejó en todos nosotros, donde los alimentos chatarra fueron ocupando poco a poco un lugar preponderante en la dieta de las familias mexicanas. Así lo mencioné en mi columna “Decirle adiós al viejo régimen de la chatarra”:
“Los letreros de sus marcas fueron inundando el país como venenosa plaga y sus productos llegaron a las comunidades que ni los propios gobiernos neoliberales eran capaces de visitar. Con sus alimentos industrializados, vendieron una gran idea de progreso a nuestras y nuestros pueblos, que poco a poco, fueron abandonando el esquema alimenticio de la milpa”.
Luego de que Oaxaca se convirtiera en la primera entidad en proponer la regulación de la venta de comida chatarra. Nosotros decidimos, el 7 de agosto de 2020, presentar una iniciativa para regular la venta de comida chatarra a niña, niños y adolescentes, reformando diversos artículos de la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Colima y estableciendo el derecho a una alimentación saludable.
Un mes después, el 3 de septiembre, realizamos un foro virtual titulado “Hacia una alimentación para el bienestar”, con Hugo López-Gatell, donde expuso la importancia de la armonización de las leyes estatales en materia de prohibición de la venta de alimentos y bebidas chatarra a niñas, niños y adolescentes.
En aquella ocasión, el doctor López-Gatell mencionó que de las 722 mil personas que fallecen al año, la mitad son por causas directas relacionadas con una mala alimentación desde los últimos 12 o 15 años; y que nuestro país tiene el primer lugar en prevalencia de obesidad y sobrepeso a nivel mundial en menores de 18 años. Eso traerá consecuencias sobre las próximas generaciones, pues ya adultos y padeciendo estas enfermedades, estarán privados de mantener una buena salud.
De igual forma, el subsecretario sostuvo que la falta de alimentación saludable es un problema estructural y colectivo, pues abundan los productos ultra procesados e industrializados, con exceso de sal, azúcar, grasas y calorías.
Por eso agradeció los esfuerzos de regular la venta y difusión de alimentos chatarra y bebidas azucaradas, lo que es un paso hacia el cuidado de una sana alimentación y cuidado de la salud a nivel colectivo.
La propusimos en un momento complicado para el país, con la clara convicción de su importancia, ya que el 80% de las personas que murieron a causa del Sars-Cov2 presentaba alguna de las comorbilidades que agravaron los síntomas del COVID-19: la diabetes, obesidad y los padecimientos cardiacos asociados a ellas, han sido los factores determinantes en la sobrevivencia o no de quienes han enfermado a causa de la pandemia.
Pese a esa situación de urgencia, el TUMOR no dictaminó ni a favor ni en contra nuestra iniciativa por más de 5 meses. Por esa situación es que en febrero la presentamos con dispensa de todo trámite, misma que fue rechazada nuevamente por los partidos ligados al viejo régimen. Así fue hasta que en el marco del día del niño, le solicitamos al compañero Emiliano Zizumbo le diera seguimiento a este tema. Agradezco al compañero Emiliano Zizumbo sus esfuerzos para que dicha iniciativa pudiera ser dictaminada en comisiones.
No fue hasta el 13 de mayo de 2021, donde aprobó por unanimidad esta reforma histórica a la ley de los derechos de niñas, niños y adolescentes del Estado de Colima. Ayer mismo, el subsecretario durante su conferencia sobre la salud felicitó al Congreso y en particular a quienes fueron los proponentes que tomaron esta resolución en favor de la salud. Apenas hace unos meses escribimos, “debemos decirle adiós a la comida chatarra”. Hoy en día, ese sueño es una realidad para las niñas y niños colimenses.