El miedo fue el cultivo, las mentiras fueron el instrumento y la codicia el móvil que los neoliberales usaron para apropiarse de la renta de los energéticos y, por su pésima visión e irresponsabilidad, una dependencia de los Estados Unidos.
La dependencia de México a las importaciones de gas natural proveniente de Estados Unidos provocaron un mega apagón en el norte del país que dejó sin energía a 4.6 millones de consumidores.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener) y el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), el 40 por ciento de la generación eléctrica de México depende del gas natural. Precisó la Sener que ante la falta de gas, el gobierno ha echado mano de plantas de carbón y combustóleo, las cuáles generaron el 75% por ciento de la energía perdida el primer día del apagón.
El presidente precisó: «Nosotros estamos enfrentando problemas, porque estamos echando andar plantas que no requieren gas (…) de combustóleo, con carbón, para enfrentar la emergencia y se está llevando a cabo toda una planeación. Que no se quede la gente sin energía eléctrica de manera permanente, sino que se pueda organizar el que haya apagones periódicos, temporales, de 30 minutos».
Una tormenta atípica en el estado de Texas, en los Estados Unidos, dejó al descubierto una más de las atrocidades hechas por los neoliberales: nuestra dependencia del gas natural gringo, aun cuando México tiene gas natural.
Primero difundieron el miedo. Los neoliberales en México, primero generaron miedo, al propalar en sus gobiernos, que México debería de garantizar la energía a todo el país y debía hacerlo con energías baratas, limpias y eficientes. Pura demagogia. El discurso de las energía limpias sonaba bonito y progresista. Ricardo Canallín se hizo experto, hasta un auto eléctrico uso en la campaña de 2018.
Luego difundieron mentiras. Primera mentira: para garantizar estas premisas difundieron la idea que el Estado solo no era capaz de hacerlo y requería del concurso de la iniciativa privada. Segunda mentira: que México producía su gas muy caro y lo más rentable era comprarlo en Texas. Tercera mentira: no se necesitaba construir almacenamientos sino ductos que nos conectaran al gas más barato del mundo. Cuarta mentira: las energías limpias eran lo máximo y el futuro del mundo.
Luego la codicia. Su verdadero fin era obtener grandes ganancias sin importarles la vulnerabilidad del país en materia energética.
La tormenta del fin de semana próximo pasado dejó en evidencia que la iniciativa privada no asume la responsabilidad social ante una emergencia de esa magnitud.
La dependencia energética de México de los Estados Unidos es alarmante.
Los empresarios solo buscan la ganancia y les importa muy poco las energías limpias. El discurso de las energías limpias es una mera retórica demagógica que nada tiene que ver con la realidad pues las energías limpias, como la solar y la eólica, son intermitentes y no están disponibles cuando más las necesitas.
Esta experiencia demostró que muchos solo hablan por hablar, glorifican y le queman incienso a las energías limpias y mandan al demonio las energías de combustible fósiles, pero en las emergencias ruegan por las energías fósiles, malvadas y contaminantes.
La verdad es que nos salvaron, los odiados combustibles fósiles, como el carbón, combustóleo y diésel. La emergencia fue resulta por el Gobierno de México, la iniciativa privada hizo honor a su nominación: está privada de responsabilidad, de compromisos y soluciones. Quien sacó adelante el asunto fue la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que los medios se encargan, un día sí y otro también, de echarles la culpa de todos los males del sector, hoy sabemos el porqué de estos ataques a quien benefician y quien los financia.
La lección es simple: México debe recuperar la soberanía sobre los energéticos; Pemex debe volver a producir gas natural para generar de nuevo el 40% de la energía que se hace actualmente con el gas proveniente de Texas; también elaborar un plan de infraestructura para tener reservas estratégicas almacenas a mediano y largo plazos, pues es increíble que hoy México tan solo contara con reservas de 1.6 días para casos de emergencias que son una verdadera vacilada, imagínese lector un poquito más de día y medio de reservas de gas natural. No cabe duda que las ratas del PRI y del PAN no se midieron.
El Estado debe recuperar el control de la electricidad. Echar a funcionar las plantas de carbón, combustóleo e hidroeléctrica que deliberadamente fueron paradas con el argumento demagógico de las energías limpias y en forma inmediata construir la infraestructura para el almacenamiento de gas natural, pues está demostrado, que el no haberlo hecho, era una estrategia de negocios de la iniciativa privada. Era idéntico el esquema que usaron con la compra de gasolinas en los EE. UU. y saquear a la nación. Hoy gritan que se pare el proyecto de Dos Bocas, pues quieren seguir comprando gasolina en los Estados Unidos y seguir robando.
Los gringos en Texas también están usando ya los combustibles fósiles. Las energías limpias versus las fósiles, no cabe duda que, no es otra cosa que la disputa entre dos bandos: los nacionalistas y los globalistas. Trump defendió abiertamente las energías fósiles; Biden hipócritamente defendió la energía eólica y solar, en la práctica Biden, usa los combustibles fósiles y las energías limpias es puro rollo. La realidad puso a cada quien en su lugar. La verdad es que Trump no estaba tan loco como los demócratas decían. Son dos bandos que se disputan los recursos energéticos.
Después de lo sucedido todos los diputados de las legislaturas que privatizaron los energéticos deberían de ser llamados a cuentas y castigados como se merecen, pues son traidores a la patria. Sus jefes responsables son: Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto.
No merecen la cárcel. Merecen ser fusilados.
Una tormenta puso al descubierto nuestra debilidad y un presidente con autoridad moral va a rescatar la dignidad de la Comisión Federal de Electricidad y a sus trabajadores y rescatará la electricidad en beneficio del pueblo de México.
Mucho dolor y sufrimiento ha causado esta frente frío, es cierto, pero también puso fríos a los ladrones porque fueron encuerados.
Estos ladrones siguieron la hoja de ruta: atemorizar, mentir y robar.