En un video -fragmento de la Mañanera del viernes 17 julio de 2020- el Presidente aparece hablando del fin de la corrupción en México y a Nacho, el inútil, se le ve llevando su mano derecha a la testa simulando acomodarse el pelo, simultáneamente, gira su cabeza hacia el lado contrario del presidente. No atina a dirigir su mirada a punto específico, en forma natural. Está visiblemente incómodo y nervioso. Debajo de su silla, sus pies doblados y cruzados hacia atrás. El pie que está en la parte superior de la cruz empieza a agitarse aceleradamente y sus movimientos corporales son inciertos e inseguros. Su incomodidad es mayúscula, que contrasta con la actitud relajada y serena de los secretarios federales y de la presidenta municipal de Manzanillo, Griselda Martínez, y el discurso firme, pausado y sereno del presidente.
La cobardía de la sana cercanía, Mañaneras en los estados
La Mañanera en Michoacán. Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, tuvo una actitud de borracho hocicón, al llamar “mi general” al secretario de Defensa. Los borrachines de tercera se embriagan y hablan pestes de los militares, e insultan a diestra y siniestra a sus mandos superiores, pero, cuando los tienen enfrente se desviven, por ser agradables, y usan falsas lisonjas que provocan la risa de los militares que observan su conducta con la benevolencia de quien ve a un incongruente y cobarde humillarse a sí mismo.
La Mañanera en Jalisco. Enrique Alfaro Ramírez, gobernador de Jalisco, -nervioso y con quiebres de voz, refieren algunas crónicas del evento- sólo atinó a decirle al presidente de frente que: (Yo) “asumo con entereza y humildad la responsabilidad de corregir lo que yo haya hecho mal” e invitó al presidente a darse la oportunidad de corregir el rumbo. El retador y bravucón y autosuficiente gobernador de Jalisco yacía en los terrenos del no me acuerdo. Su valentía sólo era producto de la distancia, de cerca, le faltó valor para sostener sus dichos. Frente al presidente su valentía estaba hecha cenizas.
La Mañanera en Guanajuato. Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de Guanajuato, nervioso y con la voz temblorosa le confesó al presidente que a partir del 7 de julio ya se había integrado a las reuniones del gabinete de seguridad. Usó el gastado lugar común que reza “Es de sabios rectificar” y disciplinarse. La valentía era cosa de adolescentes pendencieros, ya no más bravuconadas, -se acabó el pleito-. Tal vez eso es lo que quiso decir.
El presidente al salir de la conferencia le dijo: “Mi gober, ahí te encargo la seguridad” y Sinhue sólo atinó a contestar: “Siempre, siempre presidente”.
La Mañanera en Colima. Nacho, el inútil, Peralta Sánchez, gobernador de Colima, leyó un discurso –redactado por algún académico de mediana categoría-, fuera de lugar y políticamente añejo, gastado y nostálgico, propio de los viejos tiempos del PRI autoritario. Creyó que estaba en un mitin; se sintió en la plaza pública; se peleó con su propia sombra.
Al término de su discurso no halla cómo sentarse; su actitud era nerviosa y vacilante. Inseguro y, creyéndose observado por todo el mundo, no encontraba dónde poner su discurso, no atinaba hacia dónde dirigir su mirada, no sabía cómo sentarse. No sabía qué había hecho. Los secretarios de la Defensa y Marina, el responsable de aduanas y la presidenta de Manzanillo, Griselda Martínez, estaban en este planeta, estaban en la conferencia de prensa llamadas popularmente las Mañaneras.
Peralta Sánchez fue tratado por el presidente, como quien trata a un chiquillo, que no sabe lo que hace: como un menor de edad.
Peralta le pidió al presidente dinero para hacer una gran obra para los colimenses, de gran impacto económico. Nacho está contra el tren Maya, pero quiere una gran obra, una obra faraónica para Colima. Me recordó a los gobernadores de antaño que le pedían, al presidente en turno, algo para su estado. Eran tiempos de la presidencia imperial.
Por cierto, Nacho, en los considerandos de la solicitud del préstamo por 750 millos argumentó que el dinero lo quiere para obras productivas. ¿Será que lo quiere para otro tipo de gastos?
Nacho está apocado, temeroso, con miedo, se siente muy pequeño. No sabe qué hacer. Sólo quiere dinero.
Gobernadores valientes, pero de lejos
Estos gobernadores de lejos son muy valientes: han insultado al presidente; lo han desafiado con controversias constitucionales versus la ley de seguridad y el uso de la Guardia Nacional; han criticado sus estrategias de salud y planeado que harán otras cosas (así en futuro); han planteado una reforma redistributiva de los ingresos fiscales, entre otras cosas.
Estos gobernadores: Silvano, Enrique, Sinhue y Nacho, el inútil, no han tenido ni la capacidad de mantener el aplomo, es decir, dominar sus nervios. Se han portado dubitativos, vacilantes, sumisos y a las órdenes del presidente y, todavía más han prometido que van a rectificar.
Por qué motivos pudo haber ocurrido esto. Se trata de hombres precavidos o de hombres asustados o las dos cosas.
Una posible causa de sus cambios es que la pandemia está en sus niveles más altos en los estados de estos gobernadores y todos, sin excepción, han actuado irresponsablemente. La federación se cansó de decirles los lineamientos y acciones y éstos politizaron el asunto.
Otra posible causa es que ya está aquí Emilio Lozoya Austin y varios de los gobernadores ocuparon puestos clave donde los sobornos estuvieron a la orden. La reforma energética los involucra y estamos en vísperas de conocer quién es quién y hasta qué punto están involucrados. Ninguno de ellos está a salvo. Su pasado los condena. Pronto sabremos hasta qué punto.
Unos por el caso Lozoya otros por el caso Duarte. ¿Será el fin de la rebeldía de los gobernadores? No lo sabemos. Lo cierto es que sí es el fin de la politiquería barata de los gobernadores del PAN, PRD, algunos priistas y Movimiento Ciudadano.
También es posible que se hayan dado cuenta que malgastar el dinero de los ciudadanos y pasearse para atacar al gobierno legítimo no es rentable políticamente. La sociedad los puso en su lugar y ya entendieron que no son nada populares sino todo lo contrario.
Colima sólo pasa vergüenzas con Nacho
Desde 1931 podemos contabilizar a los gobernadores que han sido electos bajo el emblema del PRI. Fue Pedro Torres Ortiz el primer gobernador priista. Tenemos 89 años gobernados por el PRI y ese ha sido nuestro pecado y en él llevamos nuestra penitencia.
Ha habido gobernadores buenos, malos, peores, catastróficos… desde que yo tengo memoria recuerdo a una buena gobernadora Griselda Álvarez Ponce de León, primera mujer gobernadora en México; Elias Zamora, el iniciador de la decadencia; Carlos de la Madrid Virgen, un inútil y sin carácter; Fernando Morena Peña, el padre de la inseguridad, pues al poner a Sam López como procurador, que solía no procurar, llevó al poder a criminales y ladrones; Gustavo Vázquez Montes, tuvo la suerte de morir y no pasar a la historia como el pelele de Fernando Moreno; Silverio Cavazos, encabezó un gobierno caracterizado por la frivolidad; Mario Anguiano Moreno, el padre de la corrupción; y Nacho Peralta Sánchez, no hay clasificación para él, pues su clasificación está después de lo catastrófico.
Después de Mario Anguiano no creíamos que pudiera existir un gobierno más corrupto y, nos equivocamos, llegó Nacho Peralta Sánchez.
Si uno lee, entre líneas, el discurso de Nacho en la Mañanera, se puede observar que éste le pidió al presidente que le autorice el crédito, que le “aprobaron” sus 15 siervos en el Congreso, argumentando que es un gran esfuerzo técnico y de imaginación como alternativa para paliar la crisis económica. Pedir un préstamo no precisa de tanta imaginación y preparación técnica, sino de un cinismo del tamaño del Sol.
De qué tamaño será el complejo de inferioridad del gobernador para leer un discurso tan fuera de tiempo y lugar.
La presencia de Nacho en la Mañanera es una de las peores vergüenzas de los colimenses a nivel nacional pero ojalá sea el último gobernador puesto por el PRI y los popis de Colima.
Elias Zamora inició la decadencia de los gobernadores priistas y Nacho Peralta será el fin de la decadencia. Colima no merece tan malos gobernantes.