“La prosperidad colectiva, y su etapa previa, la justicia social, son obligaciones y derechos de todos los habitantes del planeta, y si no asumimos esta obligación y ese derecho, quizá lo que nos espere sea la miseria unánime, la abyecta igualdad que otorga el exterminio.”
Mario Benedetti, el recurso del supremo Patriarca, 1979.
El coronavirus está generando, en la vida pública de nuestro país y del mundo un cambio radical en la conciencia colectiva de nuestras sociedades sobre la salud publica bajo terminologías nunca antes vistas. El desmantelamiento de los sistemas de salud en todo el mundo por el proceso de mercantilización y privatización que durante décadas ha implementado el neoliberalismo, nos hacen ver cuán grave ha sido la consecuencia de dejar en manos de un mercado capitalista el bien común y el bienestar de los ciudadanos del
mundo.
La pandemia global del Covid-19 ha evidenciado cuan débiles e indefensos están los Estados para hacer frente a esta emergencia sanitaria: sus hospitales, equipo, medicinas, doctores e insumos son insuficientes ante tales acontecimientos, y tanto los organismos financieros internacionales como los bancos nunca previeron estas problemáticas debido a la falta de empatía en el desarrollo y bienestar de los pueblos, si no su tasa de ganancia e inversiones, lo que ha deshumanizado la economía y dejando de lado a lo más importante, la gente, las personas que son las que hacen que funcione y se eche andar la economía todos los días en todas partes del mundo. Esos millones de personas que hoy sufren porque no pueden tener una atención adecuada, medicina, sustento, o un bocado para comer. En ellas el sistema neoliberal nunca pensó, son seres sin rostro, son daños colaterales, cifras y números de estadísticas que pasarán a la historia, de la gran ignominia que ha supuesto dar mayor importancia a la generación de ganancias que a la consolidación del derecho a la salud de la humanidad, ya que los sistemas de salud pública a nivel global fueron terriblemente violentados por 40 años de neoliberalismo.
Además, si bien se menciona mucho la importancia de quedarse en casa, poco se dice que
permanecer en aislamiento es un privilegio de clase, pues no todos cuentan con los medios
para subsistir en estas condiciones, son muchas las personas que viven al día, y el aislamiento afectará sus ingresos, patrimonio y supervivencia. No es lo mismo estar en cuarentena en la vejez con un salario o pensión asegurada, que teniendo 70 años y en la pobreza. Será la gente más necesitada, la más afectada. Sobre todo, en un país que según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2019) se registran 52.4 millones de personas pobres y 9.3 millones de ellas viven en pobreza extrema.
Es así que Andrés Manuel López Obrador desde sus inicios ejecuta en la presidencia un conjunto de mecanismos que buscan satisfacer las necesidades básicas de toda la comunidad mexicana a través de la solidaridad mutua, sustentado en relaciones sociales de reciprocidad, un principio denominado economía moral bajo estado de derecho del bien común, aspectos que entrevén la mejora sustancial de sectores prioritarios como salud donde diferencias tan marcas han dado resultados desfavorables para los mexicanos más vulnerables.
El sistema de salud pública mexicana sufrió los embates de las políticas neoliberales y en apenas un año estaba en proceso de reorganización y fortalecimiento. Será difícil, pero el gobierno de la Cuarta Transformación tomó las lecciones aprendidas por otros países, y está aplicando todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Prueba de ello fueron las afirmaciones de Jean Marc Gabastou y Cristian Morales Fuhrimann responsables de la OMS-Organización Panamericana de la Salud (OPS) quienes evidenciaron a México como el primer país en poner a punto una prueba de detección para el coronavirus lo que ha sido vital para disminuir la velocidad de dispersión de la pandemia.
La misma OMS confirma que en México se han aplicado oportunamente medidas de fase 2 en fase 1, cuando ya existe transmisión comunitaria. Mientras en México se clausuraron escuelas cuando se tenían 100 casos, en España se cerraron hasta que ya contaban con más de 1,000 y en Italia hasta que consensuaron más de 2,000.
El gobierno de México actual ha trabajado de manera responsable y humanista, es así que se ha garantizado ver la salud como un derecho y no como una mercancía, por eso se creó el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) con el objetivo de garantizar que las medicinas lleguen a todas y a todos, por eso el presidente Andrés Manuel López Obrador recorrió entre julio y octubre del 2019 poco más de 80 hospitales rurales, y se comprometió
al dialogo horizontal con los médicos para garantizar el abasto y entrega de medicamentos, el mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento; así como la basificación del personal eventual al término de su sexenio.