El voto joven, comprendido por las personas entre 18 y 29 años de edad, tiene cada vez más relevancia para partidos políticos y candidatos en el estado de Colima. No sólo suman 90,917 votos y representan el 27% de la votación total, es decir, un tercio de la lista nominal; también son el sector que más desinterés, escepticismo y desconfianza tiene en políticos, gobernantes y medios de comunicación, lo que les convierte, en su mayoría, en apolíticos y apartidistas.
Esto significa un gran reto y eleva la complejidad para comunicarse, hacerse escuchar, despertar entusiasmo y convencer a ese segmento joven. Puede convertirse, además, en una tarea indescifrable debido a que esta parte de la sociedad ha estado histórica y estructuralmente desatendida, con bajos ingresos económicos, desempleo y pobreza, al mismo que se le ha excluido y distanciado de los espacios, soluciones y beneficios que ofrecen los sistemas político y gubernamental.
Un partido político y/o un candidato que no está preocupado y ocupado por atraer el voto de los jóvenes, está destinado, desde ya, a perder. En elecciones tan competidas en las que se gana por diferencias de menos 1%, como las que registra el estado de Colima, el voto joven sí puede hacer la diferencia, en una medida mayor aún que el denominado voto duro al que se aferran los partidos y por el que no se atreven a buscar alinear la preferencia de nuevos votantes.
Una buena comunicación política dirigida de manera focalizada a los jóvenes y acciones concretas que despierten el interés y la atención de la juventud, pueden encaminar a un partido y/o a un candidato, de forma diferenciada, al triunfo. Saber cómo y tener capacidad de acercarse a los jóvenes para escucharlos, persuadirlos, motivarlos, hacerlos partícipes y mover su entusiasmo, es condición necesaria para ser un competidor de nivel en las elecciones que vienen.
Por eso ofrezco a continuación, 8 consejos para entrar en el cerebro y en el corazón de los jóvenes colimenses, logrando una persuasión estratégica, de cara al inminente proceso electoral 2021 que renovará la Cámara de Diputados, la Gubernatura, el Congreso del Estado y las Alcaldías:
- Otorgar a los jóvenes de manera genuina y por convicción institucional, no por cumplimiento de la legislación electoral, el 30% de las candidaturas. Esto se materializa en abrir esos espacios a quienes de manera libre y por voluntad propia expresen su deseo de participar y hacer campaña y, con ello, evitar desperdiciarlos en hijos o sobrinos de dirigentes de partidos, en ahijados políticos de dinosaurios partidistas o, en quienes se presten a simulación en sustitución de sus papás, tíos o parientes que se vieron imposibilitados. Buscar entre tus cuadros en formación puede ser bueno, pero una convocatoria pública, abierta y transparente, que atraiga a jóvenes de distintos ámbitos y sectores como el médico, el deportista, el campesino, el ganadero, el empresarial, el de activismo social, entre otros, puede servir de aliciente y convertirse en buen método de reclutamiento y acercamiento. Postula, sobre todo, a gente joven que sea dinámica, sociable, con liderazgo representativo y con capacidad para motivar a sus pares a participar.
- Incluir en sus agendas y fijar posturas claras sobre los temas que más interesan a este segmento de la población. Estos son: (a) protección a animales que viven maltrato cruel, como toros, gallos de pelea, los que se usan en espectáculos, perros de pelea, los de sacrificio para consumo humano, entre otros; (b) tenencia responsable de animales domésticos, como son perros y gatos, mayormente; (c) defensa del medio ambiente; (d) reconocimiento de la igualdad de género y la diversidad sexual; (e) soluciones prácticas para el sano esparcimiento y el uso del tiempo libre; (f) propuestas para la construcción desde la perspectiva de respeto, de una identidad de los jóvenes; (g) abordaje integral de los derechos sexuales y reproductivos, del embarazo adolescente, de la empleabilidad y el emprendimiento; (h) fomento al uso de medios alternativos de transporte, con énfasis en la bicicleta y la infraestructura para su uso; (i) oportunidades para iniciarse en la educación y para continuar estudiando; (j) respeto a los derechos humanos; (k) impulso a los deportes, como boxeo, fútbol, voleibol, atletismo, natación, entre otros; y (l) sensibilidad con soluciones para las poblaciones vulnerables o en mayor desventaja.
- Alejar del espectro de candidaturas y de la escena pública a personajes que: (a) simbolizan politiquería; (b) defienden las viejas y tradicionales formas de hacer política; (c) han monopolizado los puestos de elección popular elección tras elección; (d) representan corrupción y eternización en el poder; y (e) se han enriquecido públicamente a costa del erario público. Nada aleja tanto a los jóvenes como el presentarles recurrentemente ejemplos de lo que les tiene hartos del sistema político. Se deben romper los moldes tradicionales de la forma de hacer política y quitar el protagonismo a quienes los fomentan. En este sentido, es mejor desconocido que inspire confianza que conocido que entierre esperanza.
- Desterrar el enfoque utilitarista de los jóvenes en elecciones. No son mano de obra gratis ni barata para repartir volantes, pegar publicidad o colgar pendones. Su participación en campaña debe ser distribuida vertical y horizontalmente de acuerdo a la aportación al triunfo de la misma. Tanto pueden estar en la toma de decisiones estratégicas, en la construcción del mensaje, en la organización de actos políticos, como en la motivación para votar a favor y enfrentar adversarios. Los jóvenes no son únicamente votos, sin mayormente sujetos capaces de influir, persuadir y dar dinamismo a sus pares pero también al resto de la población. Son imanes de más votos.
- Construir maneras discursivas de auto crítica que cuestionen de manera general, al igual como lo hacen los jóvenes, el camino que está tomando el estado y el país. Deliberar de frente sobre el funcionamiento del sistema político y el desempeño de los gobernantes (Gobernador, Diputados, Alcaldes, Regidores, Jueces, Alcaldes). Bajo este tenor, demostrar que se está consciente y se desea, en concordancia con la idiosincrasia joven, un cambio o transformación radical del Estado. Que no se está contento con las instituciones que se han formado, pues no representan a la mayoría ni les brindan las soluciones esperadas. La pieza central de la comunicación tendrá que ser el cambio y la renovación, ir contra el estatus quo.
- Darse a la tarea de conocer y entender su realidad, que es distinta a la de todos otros sectores de la sociedad. Saber cuál es la situación de los jóvenes y qué están esperando. Los jóvenes viven la política pero también todo lo demás, de diferente manera. No hagas política de crítica, confrontación o conflicto. Evita hablar con los jóvenes o dirigirles mensajes sobre impuestos, violencia, delincuencia, inseguridad u otros temas aburridos
- Tomar como sector aún más especial dentro de los votantes jóvenes, a aquéllos que en la próxima elección de 2021, votarían por primera vez. En Colima son 13,200 personas que apenas cuentan o contarán con su credencial sin haberla utilizado aun para sufragar, y que se estima acudirían a hacerlo. Representan el 14.5% del voto joven y el 4% de los votantes totales. Quienes votan por primera vez son, dicho sea de paso, de los que mayor participación o nivel de votación, registran, pues encuentran en el sufragio la forma de materializar su ciudadanía y dar utilidad a su credencial de elector.
- Haz la tarea difícil. Identifícalos geográficamente. Elabora un análisis poblacional por edades o grupos etarios para conocer en qué sección electoral y, en su caso, colonia están concentrados. Segmenta, focaliza, disemina. ¿Cuántos estudian y en qué? ¿Cuántos trabajan y en qué? ¿Cuántos ni estudian ni trabajan? ¿Cuántos, ambas cosas? ¿Cuántos ya son padre y/o madre? ¿Cuántos están enojados contigo como partido y/o candidato? ¿Por qué el enojo? ¿Cuántos, de todo?