Opinión

Partidos emergentes

Mtro. Abel Palomera Meza

Colima es uno de los pocos estados en México que no ha tenido alternancia política en el gobierno estatal. Esto se ha debido, primero, a que prevaleció por décadas, hasta antes del año 1997, un sistema político en el que el PRI se erigió como partido hegemónico, siendo no sólo primera fuerza electoral, sino ganando con muy amplios márgenes frente a otros competidores. Y, segundo, porque entre 1997 y 2016 el sistema político se hizo altamente competitivo con un esquema bipartidista en el que PAN y PRI fueron protagonistas, peleándose al tu por tu la Gubernatura del Estado, con una diferencia de votos cada vez menor de una elección a otra, aunque siendo conquistada, en todos los casos, por el PRI.

En 1991 el PRI, de la mano de su candidato Carlos de la Madrid Virgen, ganó la elección de Gobernador por una diferencia de 68,060 votos frente a su competidor más cercano, el PAN, que postuló a José Alonso Ramos Cabra. En 1997 la distancia se redujo a 8,430 votos, proceso en el que el PRI, de la mano de Fernando Moreno Peña, venció al PAN y a su candidato Enrique Michel Ruiz. En 2003, en la elección ordinaria, Gustavo Alberto Vázquez Montes, del PRI, le ganó a Enrique Michel Ruiz, del PAN, con un margen de 14,815 votos. En el mismo 2003, pero ya en elección extraordinaria, el priista Gustavo Alberto Vázquez Montes le ganó al panista Antonio Morales de la Peña por 7,678 votos.

Después, en 2005, Silverio Cavazos Ceballos (PRI) triunfa ante Leoncio Morán Sánchez (PAN) por 8,263 votos. En el año 2009 el priista Mario Anguiano Moreno conquista el Ejecutivo Estatal y amplía la diferencia frente a la panista Martha Leticia Sosa Govea, con una distancia de 17,369 votos. En la elección ordinaria de 2015, José Ignacio Peralta Sánchez, del PRI, aventajó a Jorge Luis Preciado Rodríguez, del PAN, por apenas 503 votos, la contienda más cerrada en la historia del estado de Colima al pretender conseguir el Gobierno del Estado. Finalmente, en la lucha más reciente, la elección extraordinaria del año 2016, José Ignacio Peralta Sánchez se alzó con la victoria en representación del PRI, ganando por una diferencia de 10,168 votos a Jorge Luis Preciado Rodríguez que repitió como candidato panista.

Los resultados del proceso electoral 2018 han significado un parteaguas que cambió, no las reglas del juego, pero sí el contexto político en que este sucede. Ya no existe un partido hegemónico, así como tampoco un bipartidismo PRI-PAN de facto. Ya no podemos hablar de un PRI invencible, así como tampoco de un PAN otrora oposición férrea y motivante, en un esquema en el que, o bien el PRI ganaba todas las posiciones, o ambos partidos polarizaban las elecciones dando poco espacio de participación y maniobra a otras fuerzas políticas. En ese 2018 surge una tercera vía repentina, llamada Morena, que, al menos por el momento, ha debilitando hondamente el voto priista y panista y se ha alimentado, mejor que cualquiera, del voto ciudadano de corte apartidista.

En esta nueva configuración política, caracterizada por el pleno y notorio debilitamiento de las estructuras partidistas del PRI y del PAN, de la desilusión ideológica de sus agremiados, de la pérdida de su consistencia interna y de la cada vez mayor ciudadanización del voto, no sólo existe un Morena que amenaza con continuar conquistando posiciones y competir fuerte por la Gubernatura Estatal, también se presentan Nueva Alianza, MC, PVEM y PT como partidos que, aunque de relativa reciente creación, piden ser tomados en cuenta, saliendo a la superficie electoral, haciéndose más visibles y notorios, ampliando su incidencia en la agenda política y mediática y preparándose para tener capacidad real de triunfo en las próximas elecciones de 2021, que se antojan como las más competidas en la historia del estado de Colima.

Es de esta manera que Nueva Alianza Colima, Movimiento Ciudadano, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo se han convertido, desde ya, en partidos emergentes en el estado de Colima, que serán, junto con el PRI, el PAN y Morena, protagonistas en la competencia del 2021. ¿Por qué partidos emergentes? Todos ellos perfilan su participación, hasta este momento, con candidatos propios al Gobierno del Estado, al Congreso del Estado y a los Ayuntamientos. Nueva Alianza Colima tiene en Francisco Javier Pinto Torres a su candidato natural al gobierno estatal, Movimiento Ciudadano a Leoncio Morán Sánchez, el Verde Ecologista a Virgilio Mendoza Sánchez y el Partido del Trabajo a Joel Padilla Peña.

Todos ellos, además, cuentan con una estructura y base social que les garantiza una votación, a cada uno, de entre el 3 y el 7% respecto del total. Si sumamos sus votos de 2018, en conjunto alcanzarían y retienen el 21.8% del voto colimense, nada mal en una competencia que es cada vez más cerrada. Resaltan los casos de Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza Colima, los que a nivel local compitieron sin alianzas o coaliciones con otros partidos en 2018 y, aun con la Ola Morena, crecieron fuertemente su votación. En el caso de Movimiento Ciudadano pasó de 17,550 votos en 2015 a 23,737 en 2018, es decir, 35% más votos. Por su parte, Nueva Alianza Colima pasó de tener 13,654 votos en 2015, en alianza con el PRI, a 16,229 votos por sí mismo, es decir, votos puros y directos por este partido, que representó un crecimiento de 19% más votos.

Los cuatro partidos emergentes, Nueva Alianza Colima, Movimiento Ciudadano, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, se están alimentando, estratégicamente, de desprendimientos que sufren PRI, PAN, y también Morena, de cuadros, militantes y liderazgos, creciendo con ello su estructura partidista y su base social, para ubicarse como opciones reales y más rentables de participación. Particularmente, el Verde Ecologista se ha dedicado a minar la estructura y la fuerza del PRI y, en menor medida, pero también, del PAN; siendo Virgilio Mendoza Amezcua quien encabeza personalmente esa tarea. ¿Qué le dio fuerza al Verde Ecologista en Colima? Fue el error del PRI de aliarse en 2018 con ese partido, entregando (regalando) sin merecerlo, una cantidad importante de posiciones y cediendo inclusive su estructura en la que es, quizá, la geografía electoral más importante de la entidad, Manzanillo.

Movimiento Ciudadano no sólo se lleva a gente del PAN y, en menor medida del PRI y Morena, sino se propone asentarse en la capital de la entidad y en Villa de Álvarez, como sus bastiones electorales. A ello se suma el liderazgo de Leoncio Morán Sánchez, quien ya ha sido dos veces alcalde de la capital y dos veces candidato a Gobernador del Estado, construyendo en ese camino, un importante capital electoral. El caso del PT es relevante, pues si bien participó en alianza con Morena en 2018, conquistando, gracias a ello, posiciones y presencia en el Senado de la República y el Congreso del Estado, hoy le pelea a Morena la rectoría de la Cuarta Transformación en la entidad, habiéndole arrebatado ya el control del Poder Legislativo y trayendo, un día sí y otro también, fuerza Morenista para sí mismo.

Nueva Alianza Colima ha estado desplegando un juego sumamente inteligente. Busca estar en el Gobierno del Estado, sí o sí, así como crecer su capacidad electoral, en vistas claro al 2021, pero principalmente con enfoque en el 2024. Para ello, por conducto de su líder estatal y candidato natural a la Gubernatura, Francisco Javier Pinto Torres, ha sido impulsor de acuerdos políticos de alto gramaje, que parecían imposibles, sentando en una misma mesa a los por siempre enemigos PAN y PRI, e incluyendo en ello al PRD y teniendo pláticas con el PT; audacia que le ha valido a este partido para estar, desde ya, en el protagonismo de la competición electoral más próxima.

Entonces, ya no hay en Colima partido hegemónico, tampoco bipartidismo de facto, pero sí un espectro plural de partidos. Sin duda, los de mayor competición electoral continúan siendo PRI, PAN y Morena, pero no pierdan de vista a Nueva Alianza Colima, Movimiento Ciudadano, el Verde Ecologista y el Partido del Trabajo, que están emergiendo con gran fuerza y serán los que más crezcan en 2021. Si bien no es posible predecir con total certeza, aunque no lo veo probable, que alguno de éstos conquiste el Gobierno del Estado en el futuro cercano, en una competencia abierta y sin alianzas con otras fuerzas, tendrán cada vez más participación del pastel de posiciones públicas, mayormente en el Congreso del Estado y en los Ayuntamientos. Recuerden, lo que emerge en tiempos de crisis, puede alcanzar nivel de estatus quo. Hasta aquí quedo, nos leemos en la próxima.

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