Opinión

Opinión – Las irrepetibles posibilidades del Nearshoring

Por: Carlos Ramiro Vargas

Tras la pandemia del covid y la invasión rusa a Ucrania, se generó un enorme trastorno en las cadenas de suministro, por ejemplo en las estratégicas industrias de chips destinadas a empresas automotrices o electrónicas, -fabricadas en China o Corea del Sur- de las cuales dependen los sectores más importantes y dinámicos de la industria de avanzada a nivel mundial, luego, con el peligro de una guerra entre China y Taiwán, más el énfasis puesto por Trump y continuado por el presidente Biden, para terminar con la dependencia estadounidense de insumos esenciales para su economía, provenientes  del gigante asiático, numerosas empresas están apostando por re/localizar sus plantas manufactureras fuera de la esfera de Pekín, y de ser posible, lo más cerca de los Estados Unidos. O dentro de esta misma Nación.

A este fenómeno de re/ubicación industrial se le conoce en el argot de los economistas internacionales, como nearshoring, y como pocas veces en su historia, México, -por su privilegiada geografía y recursos-, puede ser el destino principal de miles de empresas involucradas en este proceso.

Siempre y cuando el gobierno federal y sobre todo AMLO, presidente, sepa entender fuera de dogmatismos anacrónicos, que esta oportunidad de oro, no se va a volver a presentar fácilmente en otra coyuntura, y se defina, AMLO presidente, con total claridad respecto a su ambigüa posición respecto a las energías alternativas y a las derivadas de los combustibles fósiles, -como el gas y el petróleo-; asunto que forma parte de la controversia suscitada entre Canadá y los Estados Unidos, en contra de México, en el contexto del TMEC.

El caso es que, si se llega a corregir la dogmática posición mexicana, al respecto, no sólo numerosas empresas extranjeras deseosas de invertir en México, sustentándose en el uso de energías alternativas y limpias, que representan 40 mil millones de dólares en flujos de capital liquido así como de bienes de capital, fortalecerían enormemente la necesaria creación de empleos en nuestra nación, a corto plazo; sino que con el arribo de otro numeroso grupo de industrias implicadas en el proceso de nearshoring, sumadas a las anteriores, se podría coadyuvar por primera vez desde la instauración del tratado de libre comercio, a inicios de los años 90 del siglo XX, para que México rompiera el ciclo de impotencia económica, que ha llevado a nuestro país a no poder crecer a más del 2 por ciento anual, en nuestro producto interno bruto, o PIB.

Teniendo con ello, posibilidades de hacer crecer nuestra economía entre el 4 y 5 por ciento anual, algo que no se ve en suelo azteca desde los años posteriores a la presidencia de Miguel Alemán, después de los años 50 del siglo XX, periodo conocido como el de “desarrollo estabilizador”.

Los avisos de este inusitado proceso de re/localización de industrias que hoy están saliendo de China, ya se está viendo en México, pues la demanda de parques industriales según informó el sub/secretario de Hacienda mexicano, Miguel Yorio, ha crecido del primer trimestre del 2021 al equivalente en 2022, ¡ de un 42 por ciento!

Siendo el estado de Nuevo León, por sus características económicas y su fuerte cultura del trabajo, la entidad más beneficiada al respecto. Por el momento.

Y en ese mismo periodo, la IED o inversión extranjera directa, abocada a procesos productivos reales, se incrementó en un 12 por ciento.

Sin contar que la fusión entre Televisa y Univisión,  más la venta de fondos de Aeroméxico, hizo aumentar la misma IED en un 49 por ciento en total, respecto al año 2021.

Sin embargo, las exportaciones de México hacia los Estados Unidos no han aumentado, y más bien se encuentran estancadas.

Y por el momento, son Canadá y Viet Nam, los países más beneficiados con este proceso denominado, nearshoring.

En esta inusitada problemática, hay que saber distinguir, entre nearshoring, reshoring, friendshoring y offshoring.

Debemos entonces en tomar en cuenta que las industrias manufactureras que están involucradas en el fenómeno del nearshoring, combinan un alto capital intensivo con una elevada automatización.

Por otra parte, este proceso de re/ubicación productiva, representa una búsqueda de los insumos más competitivos del planeta, lo cuál es distinto al proceso de offshoring que benefició sobre todo a China e India, desde hace 20 años, en el proceso de reconfiguración de la Organización Mundial del Comercio al que estas naciones se adhirieron hace 20 años.

En base a los bajos costos de sus manos de obra en un entorno de estabilidad  y elevada productividad en las cadenas de suministro.

En el caso de México, el gobierno federal está obligado a atender tres factores esenciales, que exige este movimiento de re/localización empresarial, y que no son otros que el Capital Humano, el Estado de derecho, y el fortalecimiento de nuestra infraestructura industrial y logística.

Sin dejar de lado, el combate en serio y con estrategias bien definidas, respecto a la insoportable violencia e inseguridad, que ya está consumiendo el 10 por ciento de nuestra economía nacional.

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