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No existe el crimen perfecto

La columna sabatina de Federico López Ramírez

El gatopardismo

El gobierno de López Portillo metió a la cárcel  a Eugenio Méndez Docurro, secretario de Agricultura, a Alfredo Díaz Camarena y  a Fausto Cantú Peña; Miguel de la Madrid a Jorge Díaz Serrano, ex director de Pemex y a Arturo Durazo, ex jefe de la policía del Distrito Federal; Carlos de Salina de Gortari encarceló a Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como la Quina, y destituyó al gobernador electo de San Luis Potosí Fausto Zapata Loredo (simulando una renuncia) y a Ramón Aguirre ex regente del DF y gobernador electo de Guanajuato, a lo que políticamente  se le llamó las concertacesiones; Ernesto Zedillo encarceló a Raúl Salinas de Gortari. Todos ellos siguieron puntualmente el ritual de inmolar a algún funcionario público corrupto para poner a salvo a todos los demás y legitimarlos ante la sociedad. Se prometía el cambio, la eliminación de la corrupción y la renovación moral de la sociedad bajo formas espectaculares y de castigos ejemplares; sin embargo, todo seguía igual.

Los encarcelamientos eran espectaculares pero los cambios eran nulos: la esencia misma del gatopardismo. Giuseppe Tomasi Lampedusa en su novela “Il Gattopardo” (El gato pardo) dice: si queremos que todo siga igual es necesario que todo cambie.

Fox no continúo el ritual porque, apoyándose en sus votantes y traicionado a los mismos, terminó dando su soporte a los priistas y panistas y legitimando así  la corrupción desenfrenada. Las tepocatas y las víboras prietas, que el prometió sacar de Los Pinos, terminaron tomando las riendas del poder nuevamente, a tal grado, que la “elección” de Calderón fue la reedición del fraude patriótico y el inicio de la guerra contra el narco -o mejor dicho, contra una facción del narco, pues él era parte de un cártel- para legitimarse y legitimar el frenético movimiento corrupto que el PRI y el PAN estaban desarrollando.

Por eso hoy en día muchos “críticos” del actual gobierno se desgarran la garganta, al pedir a grito abierto, la inmolación de un corrupto para que se dé circo al pueblo y todos los corruptos queden a salvo, de acuerdo a los usos y costumbres del PRIAN.

Se acabó la fiesta; el cambio es de verdad

El Gobierno de México en esta semana inició 43 querellas contra igual número de empresas fantasmas que se dedicaban a fraudar al fisco; además, se irá contra funcionarios de tercer nivel del Sistema de Administración Tributario (SAT) por complicidad y contra bufetes especializados en la defraudación fiscal, que hacían de la defraudación fiscal un gran negocio.

Se enviaron ocho mil cartas exhortando a igual número de contribuyentes, que hicieron uso de facturas falsas, para que se pongan al día con el pago de sus impuestos y se regularicen, o de lo contrario, en un plazo de tres meses, podrán ser denunciados ante la Fiscalía General de la República por fraude fiscal. Artistas, futbolistas, deportistas, empresas, clubes, municipios, estados y universidades están este supuesto. Toda una miscelánea de invitados a la fiesta de evadir y robar recursos fiscales.

Las auditorias fueron realizadas en 2017 y el objetivo es que se regularicen desde entonces y hasta la fecha. Este es un primer paquete. De ahí la frase: pórtense bien.

¿De dónde va a sacar el presidente el dinero para cumplir con los programas sociales? Se preguntaban los conservadores,  ya tienen la respuesta.

¿Por qué están tan enfadados los empresarios tranzas, las instituciones corruptas y los niveles de gobierno podridos? Porque ya no se podrá defraudar más al fisco. Se acabó la fiesta. Todos deben pagar sus impuestos.

No pagar impuestos es un asunto grave en sí mismo. Lo más grave es que estos delitos se empezaron a vincular al narcotráfico y al lavado de dinero, que es mucho más grave.

Hoy en día los actos de corrupción son delitos graves; la defraudación fiscal es también un delito grave; el fraude electoral es, de ya, un delito grave. Quienes los cometan no podrán salir bajo fianza.

Cuando uno relaciona todo lo anterior, entonces entiende los insultos, las noticias falsas, los berrinches, las calumnias y la histeria de todos los popis y todos los beneficiarios del abuso.

El asunto de las facturas falsas es la radiografía de la forma en que los “empresarios” saquearon a México.

Con Peña Nieto se intentó que los maestros que, trabajaban con doble plaza o, tanto en lo privado como en la escuela pública hicieran su declaración tributaria y así aumentarles el impuesto sobre la renta. Los maestros fueron citados y amenazados para que pagaran sin que el SNTE moviera un solo dedo, porque sencillamente estaban de acuerdo con que el presidente Peña Nieto apretara fiscalmente a los maestros y a todos los contribuyentes cautivos.

El plan era que todo el peso fiscal cayera sobre los contribuyentes cautivos y los consumidores. Pues la mafia del poder (hoy BOA) precisaba de altos salarios y sus empresarios amigos de no pagar impuestos.

Esto explica perfectamente porque el PRIAN –hoy BOA- luchaba a brazo partido por aplicar el IVA de tasa de 16% en forma generalizada en los alimentos y en las medicinas. Se les llenaba la boca diciendo que esto sucedía en todos los países del mundo y era lo más moderno y justo, decían, con argumentos vacíos de objetivos pero llenos de un falso sentido intelectual.

Lograron dar sus gasolinazo al aplicar sistemática y discrecionalmente a la alta el Impuesto Especial Sobre Productos y Servicios (IEPS) y, también con ello, cavaron su tumba. Quién no recuerda la cara de estúpido que ponía Meade frente a las cámaras de televisión explicando el porqué se había aumentado en tan alta proporción la gasolina. Explicando lo inexplicable, pues todos sabíamos los porqués: los ricos no pagaban impuestos.

El tema de las facturas falsas es la fotografía que evidencia la evasión y la defraudación fiscal.

No existe el crimen perfecto

El Gobierno de México, sin espectacularidad, le ha puesto fin a la fiesta del saqueo de los abusadores que se creían dueños de México. –AMLO regrésanos a México, dicen con todo su cinismo.

Al principio del actual régimen los comentócratas, las televisoras, las radio, los medios impresos y los portales virtuales de los popis clamaban por sangre gatopardista. Querían que se inmolara a un corrupto. Querían un corrupto en la cárcel, a un corrupto pesado, querían un pez gordo en el bote para que todo siguiera igual y poder cantar, después a los cuatro vientos, que el gobierno de AMLO es idéntico a los del PRIAN y que nada había cambiado.

Deseaban que sucediera lo mismo de siempre, querían demostrar que los votantes habíamos fracasado una vez más. Pero no, la cosa resultó distinta. Hoy estamos viendo la separación del poder económico del poder político y no lo pueden creer.

Hoy estoy viendo el cambio en vivo y a todo color, mucho lo leerán dentro de diez año en los libros de la historia de lo inmediato por su ceguera ideológica.

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